Javier Acosta: Una historia de superación y eutanasia
La lucha de Javier Acosta contra una bacteria agresiva conocida como Candida auris conmovió a Colombia y reavivó el debate sobre la muerte digna. Acosta, un hincha apasionado del Millonarios, quedó en silla de ruedas en 2017 tras un accidente. Pero su calvario empeoró en 2023, cuando contrajo la bacteria en una piscina, lo que derivó en un cáncer en la sangre.
Ante el diagnóstico desfavorable y la perspectiva de amputaciones progresivas, Acosta tomó la difícil decisión de someterse a la eutanasia. El 25 de febrero de 2023, rodeado de sus seres queridos, Acosta se despidió de la vida con dignidad, poniendo fin a años de sufrimiento.
La bacteria Candida auris
La Candida auris es un hongo resistente a los antibióticos que puede causar infecciones graves, especialmente en pacientes hospitalizados o inmunodeprimidos. Acosta explicó la agresividad de la bacteria: "Es una levadura que se alimenta hasta de los mismos antibióticos." Su infección se extendió desde los glúteos hasta los huesos y la sangre.
El debate sobre la eutanasia
El caso de Acosta reabrió el debate sobre la eutanasia en Colombia. Los defensores de esta práctica argumentan que los pacientes con enfermedades terminales tienen derecho a morir con dignidad y sin dolor, mientras que los opositores sostienen que la vida es sagrada y que la eutanasia es una pendiente resbaladiza.
La eutanasia es legal en Colombia desde 1997, pero solo en casos excepcionales y bajo estrictas regulaciones. La decisión de Acosta de optar por la eutanasia puso de relieve la necesidad de una mayor conciencia y comprensión de esta opción.
Un legado de esperanza
A pesar del trágico desenlace, la historia de Acosta sirve como un recordatorio de la importancia de la valentía y la dignidad humana. Su lucha contra la enfermedad y su decisión de controlar su propio destino inspiraron a muchos.
El legado de Acosta es un llamado a la compasión y a la consideración de las opciones de fin de vida para quienes enfrentan enfermedades terminales. Su historia seguirá resonando en Colombia y más allá, impulsando el diálogo y la reflexión sobre la muerte digna.