La hinchada del 'Leopardo' se ilusiona con su primera estrella
La hinchada del Atlético Bucaramanga se encuentra expectante, ansiosa y llena de orgullo por lo que pueda suceder en las próximas 24 horas en el estadio Alfonso López, en Bucaramanga, con el partido de su equipo contra Santa Fe. Luego de 27 años, el equipo bumangués llegó a una final en la cual existe la posibilidad de que se lleve su primera estrella, lo que sería un hito grandísimo para el fútbol de Santander. Un sueño hecho realidad para muchos que han llorado y sufrido en sus pérdidas, en sus batallas y alegrías.
¿Qué es ser hincha del verde y amarillo?
EL TIEMPO habló con varios hinchas a las afueras del estadio, quienes desde pequeños crearon un vínculo de amor y fidelidad a este equipo que nunca ha tenido una estrella, pero siempre esperanza. La última semana Bucaramanga ha tenido el sonido de la cumbia en las calles, de las cornetas y de una energía de esperanza. Alrededor del Alfonso López casi todo es verde y amarillo: pitos, vuvuzelas, camisas, banderas y la imagen del leopardo.
La gente se baja del carro a comprar sus herramientas de apoyo para esta tarde energizar a sus jugadores. “Es el anhelo de toda la vida, yo le decía a mi hermano que se perdía la fe, siempre acompañándolo y decíamos ¿cuándo será? Pero uno siempre está ahí, eso es una pasión”, continúa diciendo Carlos Serrano, quien ya compró su boleta junto con su familia.
Recordó que aparte de pertenecer a la barra de su familia en los 70, también estuvo en el ‘escuadrón hormiguero’, la segunda barra del Bucaramanga con la que también recorrió el país viendo a los futbolistas.
Germán Serrano es otro hincha desde hace 40 años que también integró la primera ‘barra hermanos Serrano’. Él recordó el triunfo del fin de semana pasado contra el Deportivo Pereira, se arrodilló, lloró y le habló a su padre, que en paz descanse y quien fue el que creó la barra. Le dedicó ese triunfo a él.
“Mi papá fue el primer hincha del Bucaramanga que creó una barra organizada, el que llevó trompetas a oriental, han sido más las frustraciones que las alegrías. Cuando le ganamos al Pereira yo le dije a mi papá: ‘aquí está uno de sus sueños, volvimos a una final, creo que ahora sí vamos a colgar la estrella', recordó. Para los que no entienden qué se siente ser hincha de un equipo de fútbol, Germán lo describió como el amor de un padre a un hijo, un amor incondicional.
“Es como el amor a un hijo, pierde un año, le da rabia, pero a los quince minutos recapacita y lo apoya, y uno comienza a darle esa moral y esperando que salga un fruto, eso es ser un hincha”, dijo Germán Serrano.
Hincha fiel
Diego Castellanos, de 60 años, es otro hincha fiel que no ha fallado a un partido del Atlético Bucaramanga, su amor por este club es tanto que en el estadio Alfonso López lo conocen y tiene entradas gratis. Todos le dicen ‘Dieguito’ y aunque tiene discapacidad para hablar, su ternura cautiva a los hinchas que van a ver al Bucaramanga.
Carmen Helena Castellanos Cristancho, su hermana, cuenta que cuando su equipo pierde se pone de mal genio, se amarga y se frustra por varias horas. “Lleva sufriendo y gozando cada triunfo del Atlético de Bucaramanga desde hace más de 40 años”, dice ella.
Dieguito recorta el periódico donde están las tablas de los equipos y comienza a sumar los puntos y hace sus cuentas para saber si el Bucaramanga clasificó.
Y otra historia, igual de emocionante, la viven los hinchas del ‘Leopardo’ en el exterior.
Frankin Rico Pradilla es un hincha que asistió al estadio desde niño, pero no puede vivir esta euforia junto con su familia porque vive en Estados Unidos. Comparó su amor por el Atlético Bucaramanga como la ilusión que tiene una persona que lleva trabajando 20 años en una empresa esperando un ascenso que nunca llega, pero sin importar eso, sigue con la fe de que al siguiente año se va a lograr un crecimiento.
““Eso es ser hincha del Bucaramanga, el amor a la tierra es muy fuerte, la gente no se imagina la cantidad de críticas que ha recibido en la vida por defender sus colores, la importancia de la hinchada de Bucaramanga, que son 75 años sin lograr un título y cómo argumentarle a extraños que seguirá apoyándole, de que siempre se estará ahí y que pesa más los buenos recuerdos, ir con familias al estadio, el ahorrar para comprar una camisa, que la pérdida de un partido”, dice Rico Pradilla.
Hoy recuerda cuantas veces el Bucaramanga perdió y las sensaciones que vivió cuando su equipo del alma fracasaba, pero asegura que llegó el momento de ganar.
Entre tanto, las autoridades de Santander ya tienen preparados los operativos para garantizar que esta final del fútbol colombiano sea ejemplo de seguridad y celebración respetuosa. Además, la idea es que todo el departamento disfrute, por eso prometieron que habrá pantallas gigantes en todos los municipios de Santander para que los hinchas puedan ver los dos partidos, el del 8 y el 15 del junio, que será en Bogotá.
Juvenal Díaz, gobernador de Santander, anunció que se hizo un convenio con Win Sports para poder transmitir el juego, con el fin de que los aficionados que no tienen posibilidad puedan ver la final de fútbol.
La policía de Bucaramanga está desde las 7 de la mañana de ayer custodiando las calles de la ciudad previo al partido. Habrá un puesto de mando unificado desde la 1:30 de la tarde que operará todo el día. Y a las 3 de la tarde se abrirán las puertas del Alfonso López.