Sismo de magnitud 3,7 sacude Teorama, Norte de Santander
Este miércoles a las 17:10, hora local, se registró un sismo de magnitud 3,7 en Teorama, Norte de Santander. El epicentro del temblor se ubicó a una profundidad de 134 km.
¿Qué hacer en caso de sismo?
- Mantener la calma y seguir las indicaciones de las autoridades.
- Si se está en un edificio, buscar refugio debajo de una mesa o escritorio.
- Si se está en la calle, alejarse de edificios y árboles.
- No utilizar ascensores.
- Después del sismo, revisar si hay heridos o daños.
¿Cómo se originan los sismos?
Los sismos son sacudidas que se producen por la liberación de energía acumulada y que se propagan en forma de ondas. Cuando estas llegan a la superficie, generan movimientos que las personas pueden percibir y que, de acuerdo a su nivel de intensidad, pueden derivar en daños sobre las estructuras y sobre la naturaleza (como agrietamientos y derrumbes).
La magnitud de un sismo es una medida de la energía liberada en el foco, mientras que la profundidad es la distancia desde la superficie al hipocentro (el punto donde se origina el sismo).
¿Cómo medir la magnitud y profundidad de un sismo?
La magnitud y la profundidad de un sismo se calculan utilizando datos recopilados a través de una serie de equipos que se encuentran en estaciones de monitoreo ubicadas a lo largo de un territorio. Estos registran los movimientos del terreno y, a partir de ellos, se calcula la energía sísmica liberada en la fuente.
Si bien por años la escala de Richter fue la herramienta que se utilizó para determinar el tamaño de un sismo y, a partir de esta, medir la energía que libera en el foco, cada vez se usa menos, debido al surgimiento de formas más precisas y universales de medirlos, como la escala de magnitud de momento. Por esto, ahora la magnitud de los sismos no se mide en grados. Lo correcto es decir: “un sismo de magnitud 5.0” o la cifra que se le asigne, pero sin el complemento de los grados ni de “en la escala de Richter”.
En cuanto a la profundidad, cuando ocurre un sismo, se generan distintos tipos de ondas (ondas P, ondas S, entre otras) que son registradas por las estaciones sismológicas. Cada tipo de onda viaja a una velocidad específica, lo que resulta en diferentes tiempos de llegada a la superficie terrestre. Estas diferencias en los tiempos de llegada, principalmente entre las ondas P y las ondas S, permiten determinar la ubicación del sismo y, por consiguiente, su profundidad.