Colombia encara un futuro incierto en materia de gas natural, ya que se prevé que la oferta local sea insuficiente para satisfacer las necesidades del país en los próximos años. Esto pone fin a casi 45 años de autosuficiencia energética en un recurso clave para la economía y el bienestar social.

¿Qué está pasando?

Las reservas probadas de gas natural en Colombia han caído un 34% desde 2017, y el factor de reservas sobre producción ha pasado de 10 a 6,1 años. Este declive se ha visto acelerado por la prohibición de facto del fracking, la determinación del gobierno actual de no firmar nuevos contratos de exploración y la falta de inversión en el sector.

Como resultado, Colombia se enfrenta ahora a un déficit de gas natural que equivale a cerca del 7% del consumo interno. Si bien esta brecha podría gestionarse bien, los expertos advierten que la situación podría complicarse aún más si se siguen desincentivando las actividades de extracción o si se crean tensiones innecesarias.

¿Cuáles son las soluciones?

Los expertos coinciden en que Colombia necesita desarrollar todas las opciones posibles para abordar el déficit de gas natural. Esto incluye:

¿Qué impacto tendrá en Colombia?

El déficit de gas natural podría tener un impacto significativo en la economía y el bienestar social de Colombia. Los precios más altos del gas natural podrían aumentar el costo de la energía para las empresas y los hogares, lo que podría frenar el crecimiento económico. Además, la dependencia de las importaciones de gas natural podría hacer que Colombia sea más vulnerable a las fluctuaciones de los precios internacionales.

¿Qué debe hacer el gobierno?

El gobierno de Colombia debe tomar medidas urgentes para abordar el déficit de gas natural. Esto incluye:

Si el gobierno no toma medidas, el déficit de gas natural podría tener un impacto negativo a largo plazo en la economía y el bienestar social de Colombia.