Colombia enfrenta un preocupante panorama económico debido a la proliferación de créditos extrabancarios, conocidos como "gota a gota", y las pirámides, una modalidad de inversión que se creía extinta. Las cifras proporcionadas por el Superintendente de Sociedades, Billy Escobar Pérez, son alarmantes y revelan la gravedad de la situación.
Los créditos de la muerte
El "gota a gota" es una práctica ilegal que ofrece préstamos con tasas de usura a empresarios que no tienen acceso a la banca tradicional. Estos préstamos, lejos de ayudar a los negocios, los perjudican gravemente al generar una espiral de endeudamiento insostenible. Combatir esta práctica es un reto debido a su naturaleza oculta.
Pirámides: un mal que persiste
Las pirámides, esquemas de inversión ilegales que captan dinero de manera fraudulenta, siguen afectando a miles de colombianos. Escobar Pérez afirma que en Colombia existe una "cultura de hacerse rico fácil", lo que ha favorecido la proliferación de estas prácticas. En 2024, se han iniciado 68 procesos judiciales relacionados con pirámides.
La cultura del engaño
La mayoría de los afectados por las pirámides pierden su dinero, mientras que unos pocos reciben dividendos. Sin embargo, el impacto psicológico y social del engaño es profundo. La vergüenza y el miedo impiden que muchas víctimas denuncien los hechos.
Un problema de grandes dimensiones
Se estima que alrededor de un billón de pesos circula en el mercado de las pirámides, una cifra que pone de manifiesto la magnitud del problema. Estas prácticas no solo afectan a los individuos, sino también a toda la economía del país y al sistema financiero.
Una lucha sin cuartel
El Estado colombiano y las entidades de supervisión financiera están trabajando para combatir las pirámides y el "gota a gota". Se han establecido alianzas con organismos internacionales y se han implementado medidas para recuperar el dinero de las víctimas.
La importancia de la conciencia ciudadana
La lucha contra estas prácticas también requiere de la participación ciudadana. Es importante denunciar cualquier actividad sospechosa y evitar caer en promesas de ganancias fáciles. La educación financiera y la promoción de hábitos de inversión responsables son esenciales para prevenir el engaño.