La amenaza de un racionamiento de electricidad en 2025 asusta al país: ¿Cómo evitarlo?

Los niveles de agua de los embalses colombianos continúan bajando preocupantemente, lo que ha llevado a que el Gobierno y expertos adviertan sobre el riesgo de un racionamiento de energía eléctrica en el futuro cercano. Según un estudio del Ministerio de Minas y Energía, para el 2025 el déficit de generación podría alcanzar el 5 por ciento, lo que obligaría a tomar medidas drásticas para evitar apagones masivos.

Las causas de esta situación son diversas, pero las principales son la disminución de las lluvias en los últimos años, el aumento de la demanda de energía y la falta de inversión en nuevas fuentes de generación. De acuerdo con el Ideam, desde 2019 las precipitaciones en el país han disminuido un 20 por ciento, lo que afecta directamente los niveles de los embalses, que son los principales proveedores de energía hidroeléctrica.

Por otro lado, la demanda de energía ha aumentado considerablemente en los últimos años debido al crecimiento económico y al mayor uso de dispositivos electrónicos. Según la UPME, el consumo de electricidad en Colombia ha crecido un 3 por ciento anual en la última década.

Ante esta situación, el Gobierno ha tomado algunas medidas para evitar un racionamiento. Una de ellas es el aumento de las importaciones de energía desde Venezuela y Ecuador. También se han aprobado proyectos de generación de energía solar y eólica, pero su capacidad instalada todavía es relativamente baja.

Sin embargo, los expertos consideran que estas medidas no serán suficientes para cubrir el déficit de generación en el futuro. Por ello, proponen una serie de acciones adicionales, como:

  • Aumentar la inversión en fuentes de energía renovables
  • Mejorar la eficiencia energética en el sector industrial y residencial
  • Promover el uso del transporte público y la movilidad eléctrica
  • Implementar un plan de racionamiento voluntario

Si no se toman estas medidas, el riesgo de un racionamiento de energía eléctrica en Colombia es real y podría tener graves consecuencias para la economía y la sociedad. Por ello, es fundamental que el Gobierno, el sector privado y la ciudadanía trabajen juntos para evitar este escenario.