En una sorprendente vuelta de eventos, Ecopetrol está enfrentando una crisis interna tras la renuncia de dos miembros clave de su junta directiva, Juan José Echavarría y Luis Alberto Zuleta. Este martes 27 de agosto, se reveló que ambos directivos habían presentado su dimisión debido a la decisión de la empresa de no seguir adelante con la adquisición del Proyecto Oslo, una operación significativa con la Occidental Petroleum Company (Oxy).
La carta de renuncia, fechada para el próximo 30 de agosto, es dirigida a varias figuras clave en la estructura de Ecopetrol, incluyendo al presidente Ricardo Roa, al ministro de Hacienda Ricardo Bonilla, y a otros miembros de la junta y del gobierno. En el documento, Echavarría y Zuleta exponen que la decisión de no adquirir una participación en el Proyecto CrownRock, conocido como Proyecto Oslo, ha sido el catalizador de su dimisión.
El Proyecto Oslo consistía en la compra de una participación en los activos de la cuenca del Permian en Estados Unidos, una operación que prometía expandir significativamente las reservas y la producción de Ecopetrol. La carta de renuncia argumenta que este proyecto era crucial para el futuro de la empresa, al ofrecer una expansión estimada de hasta el 10% en reservas y un aumento cercano al 15% en las utilidades de la petrolera.
Según el análisis presentado por Echavarría y Zuleta, la adquisición del 30% de este proyecto habría sido beneficiosa a pesar de un nivel elevado de endeudamiento, que ellos consideraban manejable. Además, destacaban el bajo impacto ambiental del proyecto como un factor positivo. Sin embargo, la decisión de la junta de no continuar con la adquisición se tomó en julio, después de una reunión informal con el presidente Gustavo Petro, quien expresó su oposición a la inversión en fracking y a los riesgos asociados con el endeudamiento adicional.
El rechazo del proyecto por parte del gobierno y la posterior decisión de la junta directiva generaron una profunda discrepancia dentro de la empresa. El presidente Gustavo Petro y su equipo de gobierno habían manifestado preocupaciones sobre la inversión en fracking, el aumento de la deuda de Ecopetrol y el envío de recursos desde Colombia al exterior. Estos puntos fueron fundamentales en la decisión de la junta de no proceder con la transacción.
Echavarría y Zuleta argumentan que la falta de aprobación del proyecto podría deteriorar las finanzas de la empresa y reducir las transferencias al Gobierno Nacional. Actualmente, Ecopetrol contribuye significativamente al PIB de Colombia, aportando cerca de un 4% a través de impuestos, regalías y dividendos, lo que representa una parte crucial del presupuesto nacional.
El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, ha confirmado que las renuncias de Echavarría y Zuleta deben ser formalmente aceptadas por la asamblea de accionistas. Bonilla ha enfatizado que, aunque las renuncias se han presentado, los directivos deberán seguir asistiendo a las juntas hasta que se convoque una asamblea para oficializar su salida. La próxima asamblea de accionistas está programada para marzo, lo que implica que la empresa podría enfrentar un período prolongado sin los reemplazos adecuados para estos puestos clave.
La controversia en torno a la decisión sobre el Proyecto Oslo y las renuncias resultantes subrayan el nivel de tensión entre las directivas de Ecopetrol y el gobierno colombiano. El resultado de esta situación podría tener implicaciones significativas para la dirección futura de la empresa y para sus relaciones con los accionistas y con el gobierno.
A medida que se desarrollan estos eventos, será crucial seguir de cerca cómo Ecopetrol maneja esta crisis interna y cómo se resuelven las cuestiones de liderazgo y estrategia a largo plazo.