El CEO de Latam Airlines, Roberto Alvo, ha generado un intenso debate en el sector aéreo colombiano al cuestionar la necesidad de construir un segundo aeropuerto en Bogotá. Alvo afirma que la solución para mejorar la conectividad aérea de la capital colombiana pasa por optimizar las operaciones del actual aeropuerto El Dorado, el cual, según estudios, tiene capacidad para aumentar significativamente su número de vuelos.
El Dorado puede crecer
Alvo destaca que el aeropuerto de Bogotá cuenta con la infraestructura necesaria para crecer y que, con las inversiones adecuadas, podría aumentar su capacidad en un 20 %. Esta afirmación contrasta con las propuestas de diversos sectores que abogan por la construcción de una nueva terminal aérea para aliviar la saturación de El Dorado.
Competencia de aerolíneas de bajo costo
De acuerdo con Alvo, la competencia de las aerolíneas de bajo costo no es una amenaza para Latam. El CEO defiende el modelo de negocio de su compañía, destacando que Latam ofrece un producto superior a sus pasajeros, como el wifi a bordo en todos sus vuelos de corto alcance. Esta apuesta por la calidad del servicio, según Alvo, es lo que diferencia a Latam de sus competidores y le permite mantener la lealtad de sus clientes.
Latam sigue comprometida con Colombia
A pesar de los desafíos que enfrenta el mercado colombiano, Alvo asegura que Latam está comprometida con el país y que seguirá invirtiendo en él. La expansión de Latam en Colombia no solo beneficia a los pasajeros, sino que también genera empleo y dinamiza la economía local.
"A muchos pasajeros se les tiene que dar la oportunidad de conectar de la manera más simple posible. No creo que la solución para la capital sea un segundo aeropuerto", afirmó Alvo.
La opinión de Alvo ha generado reacciones encontradas en el sector aéreo colombiano. Algunos expertos apoyan su postura, argumentando que El Dorado tiene capacidad para crecer y que un segundo aeropuerto no es necesario. Otros, sin embargo, creen que la construcción de una nueva terminal aérea es inevitable para satisfacer la creciente demanda de conectividad aérea en Bogotá.