Valledupar, Colombia. Josefina Castro Daza, una de las mujeres más representativas del folclor vallenato, falleció el pasado martes a los 92 años en su tierra natal, Valledupar. Doña Josefina, como era conocida cariñosamente, dejó un legado de tradición, cultura y música que trasciende fronteras.
Una vida dedicada al folclor
Nacida en el seno de una familia de músicos, Josefina Castro Daza heredó el amor por el vallenato desde muy temprana edad. Su padre, Pepe Castro, fue uno de los acordeoneros más reconocidos de la época, y sus hermanos, Guillermo, Celso y Juan, también se destacaron como músicos y compositores.
Desde niña, Josefina se enamoró de la música vallenata y aprendió a tocar el acordeón y la caja, instrumentos tradicionales de este género musical. Su talento natural y su dedicación la llevaron a convertirse en una de las intérpretes más importantes del folclor vallenato.
Una voz que traspasó fronteras
La voz de Josefina Castro Daza traspasó las fronteras de Colombia y llegó a diferentes países de América Latina y el mundo. Participó en numerosos festivales y conciertos, compartiendo escenario con grandes figuras del vallenato como Diomedes Díaz, Rafael Orozco y Jorge Oñate.
Su música cautivó a públicos de todas las edades y culturas, convirtiéndose en una embajadora del folclor vallenato a nivel internacional. Su legado continúa inspirando a nuevas generaciones de músicos y amantes de este género musical.
Un legado de tradición y cultura
Más allá de su carrera musical, Josefina Castro Daza también fue una incansable defensora de la tradición y la cultura vallenata. Dedicó gran parte de su vida a promover y preservar este patrimonio cultural, participando en proyectos educativos y culturales en su comunidad.
Su legado como artista y promotora cultural es inmenso. Josefina Castro Daza dejó una huella imborrable en el folclor vallenato, convirtiéndose en un ícono de esta expresión cultural que representa la identidad y el orgullo de la región Caribe colombiana.
El fallecimiento de Josefina Castro Daza es una pérdida irreparable para el mundo del folclor vallenato. Su voz, su talento y su pasión por esta música seguirán siendo recordados y celebrados por generaciones venideras.