Aída Merlano confiesa su fuga y recibe una rebaja de su condena

La excongresista Aída Merlano, condenada por delitos electorales, ha reconocido ante la Fiscalía General de la Nación su responsabilidad en la fuga que protagonizó el 1 de octubre de 2019. Esta confesión ha llevado a un preacuerdo con la Fiscalía, que ha conllevado una reducción de su condena.

En el preacuerdo, Merlano ha admitido su fuga, lo que ha supuesto una rebaja de su pena, que podría quedar finalmente en 32 meses de cárcel.

«Acepto los cargos y reconozco mi responsabilidad en los hechos ocurridos el 1 de octubre de 2019», ha declarado Merlano ante la Fiscalía.

La fuga de Aída Merlano tuvo lugar cuando se encontraba en un consultorio odontológico en Bogotá. La excongresista aprovechó un descuido de los funcionarios del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) para escapar por una ventana y huir en una motocicleta que la esperaba en el exterior.

Tras su fuga, Merlano huyó a Venezuela, donde fue capturada en enero de 2020. Posteriormente, fue extraditada a Colombia, donde ha permanecido en prisión desde entonces.

La Fiscalía ha destacado la importancia de la colaboración de Merlano en el esclarecimiento de los hechos y ha valorado su reconocimiento de responsabilidad.

El preacuerdo entre Merlano y la Fiscalía aún debe ser aprobado por un juez, pero todo apunta a que la excongresista cumplirá una condena significativamente menor a la que inicialmente le fue impuesta.

Reacciones a la confesión de Aída Merlano

La confesión de Aída Merlano ha generado diversas reacciones. Algunas voces han celebrado su colaboración con la justicia, mientras que otras han criticado la rebaja de su condena.

El abogado de Merlano, Miguel Ángel del Río, ha defendido el acuerdo alcanzado con la Fiscalía, argumentando que es beneficioso para su clienta y para la sociedad en general.

Por su parte, el exfiscal general de la Nación, Néstor Humberto Martínez, ha criticado la decisión de la Fiscalía, calificándola de «un mal precedente» que puede incentivar a otros delincuentes a fugarse de la justicia.

El caso de Aída Merlano ha puesto de manifiesto la necesidad de reforzar los mecanismos de seguridad para evitar fugas de presos y garantizar el cumplimiento de las condenas.