Joven conductor de bus del SITP relata los momentos de terror que vivió tras ser interceptado por encapuchados
Diego Ardila, de 20 años, aún recuerda con horror los angustiosos momentos que vivió el jueves al mediodía, cuando encapuchados interceptaron el bus del SITP que conducía y lo obligaron a él y a los pasajeros a abandonarlo. El vehículo, con capacidad para 55 pasajeros, fue declarado en pérdida total tras ser incinerado dentro de la sede Tecnológica de la Universidad Distrital en Ciudad Bolívar.
El joven conductor, quien lleva un año trabajando para el Consorcio Suma, narró que todo comenzó cuando se le indicó que detuviera el bus en un semáforo debido a una protesta. Sin embargo, cuando pensaron que todo se había calmado y les autorizaron continuar la marcha, aparecieron los encapuchados.
Ardila intentó avanzar un poco con el vehículo para que le dieran paso, pero los encapuchados le lanzaron una granada aturdidora por la ventana. "Cuando toteó, abrí las puertas para que se bajaran los usuarios y me comuniqué con la empresa", cuenta Diego, quien en ese momento estaba reportando al concesionario los hechos y el drama que estaban viviendo los usuarios.
Afortunadamente, la granada aturdidora cayó junto a la puerta de ingreso al bus y no cerca de las sillas donde estaban sentados la mayoría de los pasajeros. Sin embargo, la explosión fue muy fuerte.
El conductor recuerda que su reacción fue abrir las puertas y en segundos todos se bajaron. No recuerda cómo lo hicieron tan rápido, ni si alguien les protestó a los encapuchados.
Mientras varios hombres ingresaban por la puerta trasera, uno entró por la delantera y le ordenó, apuntándole con un cuchillo, que se bajara. Sin más opción, el joven debió dejar el carro en la mitad de la vía.
Ardila recuerda que uno de los hombres tomó el control del bus y de manera brusca intentó dar reversa, para luego llevarlo hasta la sede de la universidad, donde fue vandalizado y le prendieron fuego.
"Ellos se apropiaron del vehículo, lo metieron a la universidad y empezaron a hacer sus actos vandálicos y le prendieron candela", narra Diego Ardila, quien dice tener muy frescos en la memoria esos momentos tan azarosos.
Este viernes, Diego y varios operadores de buses del Consorcio Suma fueron hasta el patio donde la empresa de transporte tiene el bus, o mejor lo que quedó de él, porque ya solo son latas retorcidas.
El Concesionario Suma, según conoció este diario, tiene reportes de cuatro buses incinerados desde que obtuvo la concesión de transporte zonal y 65 vehículos vandalizados en promedio al mes, para un costo de cerca de 300 millones de pesos.
El hecho fue rechazado por el alcalde Carlos Fernando Galán, quien lo calificó como un acto criminal premeditado.
"15 encapuchados quemaron un bus del SITP, después de amenazar al conductor con arma blanca y de forzarlo a él y a los más de 30 pasajeros a bajarse del bus, fue un acto criminal premeditado que no podemos permitir", señaló en su cuenta de Twitter el mandatario.