Darwin Beltrán llama desde la cárcel a su ex: "¿Dónde están mis hijos?"
Tras el asesinato de sus dos hijos en Bogotá, Darwin Beltrán ha llamado en varias ocasiones a su expareja, Paola Ramírez. En una de las llamadas, Beltrán le pregunta a Ramírez dónde están sus hijos, alegando que quiere saber dónde están para cuando salga de la cárcel e ir a visitarlos.
Ramírez ha manifestado que su expareja "todavía dice incoherencias" y que en una de las llamadas le dijo que había llegado a su casa pidiendo medicamentos, cuando en realidad no estaba tomando ningún medicamento.
¿Qué ocurrió antes del asesinato?
Paola Ramírez relató que el día de los asesinatos, Darwin Beltrán llegó a su casa y le pidió que se fuera porque ella lo alteraba. Ramírez salió de la casa y llamó a una ambulancia para que prestara ayuda psiquiátrica a Beltrán.
Mientras hablaba con la ambulancia, un compañero de trabajo de Beltrán llegó a la esquina de la casa y le preguntó por él. El compañero le indicó que había visto a Beltrán con comportamientos extraños y que les había llevado pollos a los compañeros.
Ramírez le contó a la psicóloga de la ambulancia que Darwin estaba en la casa solo con los niños y le dijo cuál era el diagnóstico que él tenía. La psicóloga le respondió que "tranquila, que él es como un niño, que le lleve la idea mientras la ambulancia llega, que él no le va a hacer nada a los niños".
Después de que la psicóloga le dio el aparte de tranquilidad, Ramírez se quedó parada a tres casas de su vivienda. En ese momento, Beltrán salió de la casa totalmente mojado y descalzo. Se paró y le gritó algo a Ramírez, pero ella no entendió lo que decía.
Beltrán entró corriendo a la casa y cerró la puerta. Ramírez fue detrás de él, pues había recibido una nota del jefe de Beltrán en la que decía que había dejado una nota en su escritorio diciendo que se iba a reunir con Cristo.
El macabro descubrimiento
Cuando Ramírez abrió la puerta de la vivienda, se percató de que había sangre. Su compañero de trabajo le contó que ella le indicaba que olía mucho a sangre y que él le decía que se devolviera.
Según Ramírez, Beltrán empezó a gritar: "Paola, Paola, los niños, Paola, los niños". Por la ventana que da hacia la calle, él le mostró a su hijo Santi, quien ya estaba muerto.
Ramírez entró a la casa y vio a sus dos hijos muertos. En las llamadas que Beltrán le ha hecho desde la cárcel, Ramírez le ha recriminado que por qué no la atacó a ella, sino a los niños. A lo que él le respondió: "Que perdón, que perdón, que lo perdone, que me ama mucho y que me va a amar toda la vida".
Paola Ramírez ha declarado que una de las crisis que tuvo Darwin fue en febrero de 2023 y que lo internaron durante una semana en una clínica. Explicó que en esos episodios, Beltrán empezaba a hablar incoherencias y no podía quedarse quieto.
Ramírez ha indicado que tras un breve tratamiento, Beltrán empezó a beber con los compañeros del trabajo los fines de semana. Cuando ella le manifestaba su preocupación por volver a recaer, él le sostenía que podía beber cerveza, pero no aguardiente.
Una semana antes del crimen, Beltrán empezó a ir más seguido a la casa donde vivía Ramírez y sus hijos. Incluso, se ofrecía llevarlos al colegio.
Ramírez ha recalcado que Beltrán era un "padre amoroso y responsable" con los niños, pero que nunca se tornaba violento.
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- Violencia doméstica
Section
Sociedad
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- Murder
- Child murder
- Domestic violence
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- Darwin Beltrán
- Paola Ramírez
- Niños asesinados
Country
Colombia