Deudas hereditarias: cómo evitarse dolores de cabeza cuando muere un ser querido
Perder a un ser querido es un momento muy doloroso, pero también hay que afrontar ciertas responsabilidades para evitar problemas futuros. Una de ellas es gestionar las deudas pendientes del fallecido.
Comunicar el fallecimiento a las entidades bancarias
El primer paso es informar a los bancos donde el difunto tenía deudas activas. Es crucial hacerlo lo antes posible para evitar movimientos extraños en la cuenta bancaria o cargos adicionales.
Para confirmar el fallecimiento, se deben aportar los siguientes documentos:
- Certificado de defunción
- Documento de identidad del fallecido
- Testamento (si lo hay)
- Documento que acredite el vínculo con el difunto
- Poder notarial (en caso de que no haya sucesores)
Responsabilidad de los beneficiarios
La responsabilidad de las deudas recae sobre los beneficiarios, pero no tendrán que pagarlas mensualmente. El préstamo se descontará de los activos del fallecido.
Por ejemplo, si el difunto tenía un carro, se venderá para cubrir la deuda.
Seguros y activos insuficientes
En algunos casos, el difunto puede tener un seguro para créditos, lo que sería un alivio para los sucesores. Podrían obtener beneficios e incluso cubrir toda la deuda.
Si los activos del fallecido no son suficientes para cubrir las deudas, el banco no podrá recuperar el 100% del préstamo y tendrá que asumir la pérdida.