La Alianza Verde, partido político colombiano, parece encaminarse hacia una división inminente tras meses de tensiones internas. La reciente salida del Gobierno del exdirector de Inteligencia Carlos Ramón González, acusado por la Fiscalía de ordenar el pago de sobornos a expresidentes del Congreso con fondos de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), ha exacerbado la crisis interna del partido.
Divisiones profundas
La ruptura dentro de la Alianza Verde se ha profundizado desde hace tiempo, no solo por la implicación de sus miembros en el mayor escándalo de corrupción del Ejecutivo, sino también por las diferentes posturas sobre el apoyo al presidente Gustavo Petro y la independencia.
El quiebre se hizo más evidente con las renuncias de Antanas Mockus y Claudia López en mayo, luego de que el exsubdirector de la UNGRD, Sneyder Pinilla, salpicara al expresidente del Senado Iván Name y a la exconsejera para las Regiones Sandra Ortiz, dos de los miembros más poderosos del partido. Ortiz habría actuado como intermediaria para entregar dinero en efectivo a Name y facilitar la aprobación de reformas sociales.
Las heridas siguen abiertas en un partido que reúne fuerzas de izquierda, algunas radicales, y de centro. La reciente elección del presidente de la Cámara de Representantes, Jaime Raúl Salamanca, candidato apoyado por la Casa de Nariño, evidenció la fractura interna.
Rumores de escisión
Una parte de la colectividad apoyó a Katherine Miranda, quien denunció presiones indebidas del Gobierno y confirmó que se están retomando las discusiones para dividir el partido. "El tema de la escisión está sobre la mesa desde hace cuatro meses. Se decidió retomar la discusión después del 20 de julio, que ya se nos acerca el congreso del partido. Solo espero que tengamos un divorcio tranquilo. Es una separación evidente, no nos comportamos como colectividad. No tenemos las mismas posturas o valores", afirmó Miranda.
Sin embargo, uno de los copresidentes de la Alianza Verde, que pidió mantener su nombre en reserva, manifestó que "este tema por ahora no está en la agenda de reuniones que poco a poco vamos a tener. Es demasiado prematuro hablar de eso".
Según los estatutos del partido, para que exista una posible escisión, se requiere un acuerdo para convocar a la dirección Nacional y el apoyo de tres cuartas partes de sus miembros. "También está pendiente convocar a un congreso nacional con las credenciales más recientes. Así que cualquier determinación no será pronto", explicó la analista política María Lucía Jaimes.
Posibles consecuencias
El analista Carlos Arias considera que la salida del exdirector de Inteligencia no es la escisión del partido, pero será lo que la formalice. "La escisión dejará un solo Partido Verde que buscará un líder natural que puede ser Claudia [López], pero también puede tener una dirección colegiada si Alejandro Gaviria, Sergio Fajardo o líderes de centro como Carlos Fernando Galán deciden hacerse con él".
Ángel Tuirán Sarmiento, otro analista, opina que la salida de Carlos Ramón González impulsará el proceso de escisión, ya que un sector del partido está en campaña presidencial y busca desmarcarse de los escándalos de corrupción del actual gobierno. "Asimismo, ya sentó un precedente de cara a futuras renuncias de implicados en el caso de la UNGRD, por ejemplo el MinHacienda", comentó.
Sin embargo, voces del sector de Carlos Amaya (actual gobernador de Boyacá) buscan una reconciliación. Creen que la escisión no es la solución, ya que si se separan, perderían la capacidad de alcanzar el umbral. Por ello, intentarán persuadir a favor de la convivencia de las diferentes vertientes, más allá de las diferencias.