Un pulso de poder dentro de la Iglesia Católica de Santa Marta: el padre Álvarez Yacub se aferra al cementerio San Miguel

Un conflicto que se dirime en los tribunales

La pugna comenzó cuando la Diócesis de Santa Marta, liderada por Trespalacios, inició un proceso policivo para desalojar al padre Álvarez del cementerio, argumentando que su presencia allí era ilegal y contraria a los cánones eclesiásticos y a las decisiones administrativas de la Iglesia. Sin embargo, el sacerdote se negó a abandonar su cargo y el campo santo, desafiando abiertamente la autoridad de su superior.

Para fortalecer su posición, el padre Álvarez constituyó una empresa administradora del cementerio, ganando el respaldo de numerosos propietarios de terrenos y bóvedas en el lugar. Esta estrategia le permitió blindar su permanencia y emprender una férrea defensa legal.

Tanto la Inspección Norte de Policía como la Secretaría de Gobierno Distrital fallaron a favor del padre Álvarez, permitiéndole seguir administrando el cementerio San Miguel, el cual es administrado por la Fundación Juan Pablo Segundo, una corporación sin ánimo de lucro creada por la Diócesis para este fin.

La Iglesia dividida

La actitud del padre Álvarez ha sido calificada como rebelde por la jerarquía eclesiástica. A pesar de la presión de la Iglesia para que abandonara el cementerio y permitiera que otro sacerdote asumiera el cargo, Álvarez se declaró en abierta desobediencia, llegando incluso al punto de estar dispuesto a ser expulsado del sacerdocio antes que abandonar la parroquia.

Esta situación culminó con su expulsión y la prohibición de ejercer como sacerdote; sin embargo, ha desafiado abiertamente estas restricciones, continuando con sus funciones religiosas como oficiar misas, dar la comunión y recibir ofrendas sin informar de los ingresos a la Diócesis.

Un caso sin precedentes

La lucha legal entre el obispo Trespalacios y el sacerdote Álvarez Yacub se ha convertido en un verdadero pulso de poder dentro de la Iglesia Católica de Santa Marta, llamando la atención por ser un caso sin precedentes. Con el proceso policivo agotado, la disputa se trasladará ahora a los tribunales ordinarios, donde se definirá el futuro del control administrativo y religioso del cementerio San Miguel.

Actualmente, el padre Fagid Álvarez Yacub continúa al frente del cementerio, respaldado por las decisiones de la Inspección Norte de Policía y la Secretaría de Gobierno Distrital. El desenlace de este singular enfrentamiento legal promete seguir suscitando interés dentro y fuera de la comunidad samaria.