"Está hablando el presidente": la frase que marca el malogrado consejo de ministros de Gustavo Petro

En un hecho sin precedentes, el presidente Gustavo Petro transmitió en vivo por televisión el primer consejo de ministros, una reunión que dejó al descubierto las profundas divisiones y tensiones internas que aquejan al Gobierno.

El origen del conflicto

El detonante de la acalorada discusión fue una disputa entre la recién nombrada canciller, Laura Sarabia, y el director del Departamento de Prosperidad Social (DPS), Gustavo Bolívar. Sarabia acusó al DPS de no haber estado presente en la recepción de unos colombianos deportados, mientras que Bolívar la acusó de mentir.

La intervención del presidente

Para sofocar la discusión, el presidente Petro intervino con la frase "Está hablando el presidente", una afirmación que, más allá de su aparente objetivo de restablecer el orden, resume la naturaleza del liderazgo de Petro.

Las disputas subyacentes

El enfrentamiento entre Sarabia y Bolívar fue solo la punta del iceberg de una serie de disputas subyacentes que salieron a la luz durante el consejo de ministros. La vicepresidenta Francia Márquez rechazó el nombramiento de Armando Benedetti como jefe de gabinete, mientras que la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, expresó su incomodidad por compartir mesa con Benedetti, acusado de maltrato a mujeres.

El estilo de liderazgo de Petro

El tortuoso consejo de ministros puso de manifiesto el estilo de liderazgo de Petro, caracterizado por su tendencia a monopolizar las discusiones, divagar y evitar abordar los problemas sustantivos del país.

Las implicaciones para el Gobierno

El espectáculo ofrecido por el consejo de ministros ha generado serias dudas sobre la capacidad del Gobierno para cumplir sus promesas y abordar los desafíos que enfrenta el país. La renuncia del director del Dapre, Jorge Rojas, tras la reunión, es un indicio de las profundas divisiones internas que aquejan al Ejecutivo.

La frase "Está hablando el presidente" se ha convertido en un símbolo de la falta de unidad y dirección dentro del Gobierno de Petro, un problema que amenaza con descarrilar sus ambiciosos planes.