Henry Moreno, una víctima silenciosa del conflicto armado, busca ser reconocido por la JEP

Entre las posibles víctimas se encuentra Henry Moreno, un reciclador que sobrevivió al atentado del 7 de agosto de 2002, cuando las extintas Farc lanzaron varias granadas de mortero como parte de un ataque que se cobró la vida de 21 personas y dejó al menos 50 heridos.

Henry, quien perdió su pierna derecha en la explosión, ha vivido con las secuelas físicas y emocionales del conflicto armado durante más de dos décadas. Tras años de silencio, decidió presentar su testimonio ante la JEP con la esperanza de ser reconocido como víctima y recibir justicia y reparación.

La tragedia del 7 de agosto de 2002

La mañana del 7 de agosto de 2002, Henry, como de costumbre, llevaba un carrito de balineras abarrotado de cartón. Estaba a punto de descargarlo frente a la bodega de reciclaje cuando un proyectil lanzado desde el barrio Santa Isabel impactó en el lugar.

El estallido destruyó el contenedor y la bodega de reciclaje. En medio del caos y el humo, Henry sintió un dolor lacerante en su pierna derecha. Cuando recuperó la conciencia, los médicos le informaron que tenían que amputarla.

El viacrucis de una víctima olvidada

Tras el atentado, Henry fue trasladado al Hospital Centro Oriente, donde permaneció varios días en estado crítico. Al ser dado de alta, regresó a su humilde hogar sin ropa, documentos ni ningún tipo de ayuda.

Durante años, Henry luchó por sobrevivir en las calles de Bogotá, recolectando cartón y desechos para ganarse la vida. Sin embargo, con una sola pierna, su situación era cada vez más precaria.

Los funcionarios locales le decían que ya era tarde para contar su historia, que el conflicto armado era cosa del pasado. Pero gracias a una ampliación de los plazos para presentar declaraciones como víctima, Henry pudo acercarse a la Personería de Bogotá y narrar su testimonio.

La esperanza de la JEP

El magistrado Hugo Escobar, quien investiga los hechos ocurridos en el Cartucho, encontró a Henry en una base de datos de posibles víctimas. Ahora, la JEP está analizando su caso y el de otras 28 personas, quienes podrían ser acreditadas como víctimas del conflicto armado.

Para Henry, la JEP representa una oportunidad de sanar sus heridas, obtener justicia y encontrar reparación por el daño que le causaron. Es una esperanza de cerrar un capítulo doloroso de su vida y comenzar un nuevo camino, como víctima reconocida del conflicto armado.