La emergencia ambiental no cesa en Tolima, Colombia, donde un voraz incendio forestal ha consumido más de 20 hectáreas de rica vegetación virgen desde el sábado pasado en la vereda Los Medios de Carmen de Apicalá. Según Ericka Marcela Lozano Gutiérrez, secretaria de Ambiente y Gestión del Riesgo del Tolima, los incendios han devastado bosques y páramos, en particular, una amplia plantación de frailejones en el páramo Normandía y la vereda San Marcos, zonas vitales a 2.800 metros sobre el nivel del mar.
Los bomberos, enfrentándose a la falta de vehículos adecuados, han tenido que recurrir a las piernas para sortear el terreno inhóspito, en una muestra de heroísmo y persistencia. El apoyo helicoportado de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) es inminente, una herramienta crucial para combatir las llamas que ponen en riesgo no solo la flora y la fauna, sino también sectores próximos a bases militares.
¿Cuál es la situación en Roncesvalles y Carmen de Apicalá?
La grave emergencia ha encendido las alarmas en estas regiones, donde los equipos de bomberos de municipios aledaños como San Antonio desempeñan un papel vital en las labores de extinción. La coordinación municipal con apoyo del Ejército Nacional y organismos departamentales ha logrado controlar el fuego, aunque evidencian una preocupante pérdida ambiental.
¿Qué medidas se están tomando para enfrentar la conflagración?
Con recursos limitados pero una determinación férrea, los bomberos y voluntarios, apoyados por la comunidad, han solicitado refuerzos y equipamiento. El alcalde Edisson Grajales subraya la necesidad de mayor capacidad de respuesta para acudir a futuras emergencias.
El compromiso con el medio ambiente
Ante el inminente peligro que suponen los incendios forestales para ecosistemas clave como los páramos, se hace un llamado a la conciencia colectiva para evitar futuros siniestros, especialmente aquellos provocados por prácticas irresponsables como las quemas controladas mal ejecutadas.
Los esfuerzos continuos para sofocar las llamas siguen adelante, mientras se aguarda con esperanza el apoyo prometido y se evalúa el impacto ambiental de un desastre que erosiona la riqueza natural de Tolima.