“Iván Márquez”, como ‘Tirofijo’, va sumando varias muertes, hoy a la sombra de Venezuela
El supuesto deceso de alias ‘Iván Márquez’ no ha sido confirmado y es poco creíble que el régimen de Nicolás Maduro no sepa cuál es la verdad.
Alias ‘Iván Márquez’ acumula muertes sin morir
Cuando Luciano Marín Arango, alias ‘Iván Márquez’, cabecilla de la disidencia de las Farc ‘Segunda Marquetalia’, reapareció en mayo pasado después de sobrevivir a un atentado que lo dejó con serias lesiones (sin una mano y sin un ojo) tuvo como telón de fondo las fotografías del presidente Gustavo Petro, de Simón Bolívar y de Manuel Marulanda Vélez, alias ‘Tirofijo’, mítico jefe de las Farc del cual ‘Márquez’ se considera heredero y por cuya inspiración dijo haber retomado las armas pese a haber hecho parte de los acuerdos que llevaron a la desmovilización de esa guerrilla. Pero, al parecer, no sigue solo la ideología de ‘Tirofijo’; también, el hecho de acumular varias muertes sin morir.
Tiene tanto peso la figura de ‘Tirofijo’ sobre ‘Iván Márquez’ que, por eso, decidió ponerle ‘Segunda Marquetalia’ a la disidencia de las Farc que organizó con otros desertores de la paz como Seuxis Pausias Hernández Solarte, alias ‘Jesús Santrich’; Henry Castellanos Garzón, alias ‘Romaña, y Hernán Darío Velásquez Saldarriaga, alias ‘el Paisa’ —todos los cuales murieron de manera violenta en Venezuela—.
Las ‘muertes’ de ‘Tirofijo’ e ‘Iván Márquez’
Las ‘muertes’ de ‘Tirofijo’ e ‘Iván Márquez’ han estado inscritas en contextos completamente diferentes. Los dos, eso sí, permanecen unidos no solo por su pertenencia a las Farc, por la fascinación que profesa ‘Márquez’ por ‘Tirofijo’ y por Marquetalia, sino, ahora, porque suman muertes a sus trayectorias. La más reciente de ‘Márquez’, supuestamente en una intervención quirúrgica en un hospital de la capital venezolana.
Las estrechas relaciones entre Venezuela y las disidencias de las Farc
Los cabecillas de los grupos armados en Colombia que se refugian en Venezuela son de importancia crítica para el régimen de Maduro por múltiples razones, empezando por el hecho de que en Colombia delinquen como guerrillas y en Venezuela operan como grupos paramilitares; también porque validan la presencia del régimen como facilitador en cualquier proceso de diálogo que se pretenda adelantar con ellos, lo cual le da importante aire político; lo hacen necesario para Colombia. Además, por la estrechísima afinidad ideológica y política que profesan.
Por eso, resulta bufa la respuesta que le dio el régimen de Venezuela a la nota que le envió la Cancillería colombiana pidiendo información sobre la supuesta muerte de ‘Iván Márquez’. “La realidad es esa: no confirmaron lo que se escuchó en medios. Nosotros vamos a seguir muy atentos, pero ya tenemos esa respuesta oficial de que no tienen ninguna información”, dijo el canciller Luis Gilberto Murillo.
Pero la respuesta de Venezuela no se compadece con las estrechas relaciones que hoy tienen los dos países, cuyos mandatarios se han reunido con mucha frecuencia y mantienen constante comunicación, incluso a través del excanciller Álvaro Leyva Durán.
La incógnita sobre la suerte de ‘Iván Márquez’
En el evento de que el régimen de Nicolás Maduro no tenga aún esa información, está en la obligación de establecerla a la mayor brevedad por la dimensión de la figura de ‘Iván Márquez’ para sus intereses. Tampoco es creíble que un régimen que tiene cooptados todos los poderes públicos y controla hasta los hospitales no sepa a ciencia cierta si ‘Márquez’ está vivo o muerto, máxime si se considera que es un protegido especial por el régimen y lidera una mesa de negociación con el Gobierno de Colombia. No es cualquier persona.
Lo único que explicaría la lacónica respuesta a la Cancillería es la animadversión que tiene el régimen por el canciller Murillo, a quien no baja de agente de Estados Unidos.
Hoy la suerte de ‘Iván Márquez’, como antes ocurrió con ‘Tirofijo’, permanece en medio de una espesa bruma, no se sabe si por iniciativa propia emulando al mítico jefe guerrillero, o porque esa opacidad le sirve al régimen de Venezuela, o a alguien más. O porque, efectivamente, esté muerto y aún convenga mantenerlo ‘vivo’.