El Metro de Medellín ya tiene listos los informes sobre la viabilidad del proyecto para construir una nueva línea de transporte masivo en la ciudad, bautizada como Línea S. Estos informes están siendo revisados para su aprobación final, pero EL TIEMPO tuvo acceso en exclusiva a los documentos que detallan los avances de la primera fase de este proyecto.
¿En qué consiste la Línea S del Metro de Medellín?
La Línea S es una propuesta del exalcalde Daniel Quintero, quien incluyó en su plan de desarrollo la formulación de una futura línea de metro subterráneo para la capital antioqueña y sus municipios vecinos. Los estudios para este proyecto iniciaron a finales de 2021 con la firma de un convenio interadministrativo entre el Metro, la Alcaldía de Medellín y el Área Metropolitana por 3.326 millones de pesos.
El plazo de ejecución era inicialmente de 18 meses, pero el contrato se amplió y en total tomó dos años, un mes y cinco días para completarse. En diciembre de 2023, la administración recibió todos los informes del estudio, que contienen 7,1 gigabytes de datos.
Aunque Quintero afirmó en múltiples ocasiones que se trataba de un estudio para la construcción de una línea subterránea, la realidad es que la empresa analizó tres alternativas de transporte —bus, tranvía y metro— para esbozar el nuevo corredor de movilidad en cinco opciones de trazado en el área metropolitana.
¿Cuál es la mejor alternativa para la Línea S?
Luego de descartar dos trayectos y estudiar tres a profundidad, con un total de nueve alternativas sobre la mesa, el informe concluyó que la mejor opción para el desarrollo del proyecto sería el denominado ‘corredor de oportunidad 1’ con sistema metro y tramos subterráneos y elevados.
El trazado sugerido inicia su recorrido en la estación La Estrella del Metro de Medellín, al sur del Valle de Aburrá, continúa en Sabaneta por la calle 77a sur, pasa por el parque principal de este municipio y toma la avenida 43a, atravesando Envigado y El Poblado, hasta la avenida San Juan, en el centro de la ciudad.
Allí se dirige hacia el occidente hasta la carrera 65, conecta con la línea B en la estación Suramericana, pasa por la Universidad Nacional y continúa hacia el norte, donde toma la carrera 57 en Bello. Su recorrido termina en la carrera 52 con calle 53 en el Museo Choza Marco Fidel Suárez.
En total, el trayecto tiene 26,72 kilómetros de longitud, de los cuales un 32% son elevados (8,68 kilómetros) y un 68%, subterráneos (18,11 kilómetros). El documento señala que se construirían tramos mixtos con el fin de mantener las pendientes máximas permitidas por el sistema de transporte y cruzar de forma más conveniente aquellas zonas con mayor complejidad por alto flujo vehicular, comercio, limitación del espacio, entre otros.
Características de la Línea S
La propuesta contempla 26 estaciones —con distancias de aproximadamente un kilómetro entre sí—, 20 trenes y un tiempo de viaje por trayecto de 38 minutos con una velocidad teórica. El corredor atravesaría 117 barrios de cuatro municipios, de los cuales 28 tienen una densidad poblacional superior a los 30.000 habitantes por kilómetro cuadrado.
Las primeras estimaciones indican que sería necesario intervenir 3.233 terrenos, de los cuales el Metro de Medellín tendría que adquirir 2.653. Los estudios arrojaron que esta alternativa presenta una menor intervención de predios al contar con áreas subterráneas.
El tiempo de construcción del proyecto, inicialmente, sería de 6 años y costaría aproximadamente 21,6 billones de pesos. Su operación y mantenimiento anual se calculó en 731.534 millones de pesos.
Próximos pasos para la Línea S
La siguiente fase de diseños para materializar la idea de construir un nuevo corredor de transporte para el área metropolitana de Medellín es la prefactibilidad. En ella, según el informe, se deben actualizar los datos de la demanda de pasajeros con la Encuesta Origen - Destino 2023. Con sus hallazgos se podrá ratificar el respectivo corredor de oportunidad y su tecnología, si se tiene en cuenta que los resultados de las variables multicriterio fueron similares entre las tres opciones estudiadas.
La continuidad de los análisis para hacer realidad el proyecto dependerá de la voluntad política de los gobiernos actuales y futuros de Medellín, el Valle de Aburrá y Antioquia.