La Comisión I de la Cámara de Representantes aprobó el martes en primer debate el proyecto de acto legislativo con mayorías sólidas, es decir, 20 votos a favor y 7 en contra. La iniciativa, aunque ha causado bastante controversia, en principio cuenta con el respaldo de casi la mitad del Congreso. A principios de marzo, cuando se presentó, contó con más de 120 firmas de senadores y representantes, principalmente de todos los partidos que buscan cambiar de bando.
La reforma busca eludir el artículo de la Constitución
La reforma cuenta con un único punto que persigue 'saltarse' lo establecido en el artículo 134 de la Constitución Política de 1991, el cual fija las normas para que los miembros de los cuerpos colegiados se cambien de partido político.
El texto aprobado por la Cámara de Representantes dice: "Sin perjuicio de lo dispuesto por el artículo 134, dentro de los cuatro meses siguientes a la entrada en vigencia del presente acto legislativo, autorízase, por una sola vez, a los miembros de los cuerpos colegiados de elección popular, o a quienes hubieren renunciado a su curul con anterioridad, a inscribirse en un partido o movimiento político distinto al que los avaló, sin renunciar a la curul o incurrir en doble militancia".
El representante Racero, el padre de la iniciativa
Si bien más de un centenar de parlamentarios apoyaron el proyecto, se rumorea en los pasillos del Congreso que un representante, David Racero, inició la recolección de firmas para dar al proyecto un buen comienzo. Racero, expresidente de la Cámara de Representantes y uno de los parlamentarios más allegados al presidente Gustavo Petro, ha insistido en la necesidad de que el Pacto Histórico, coalición de izquierda que llevó al presidente Petro a la Casa de Nariño, se una o desaparezca, considerando que no pueden volver a participar en las elecciones bajo el mismo nombre.
Racero, en entrevista con EL TIEMPO, a finales de 2023, decía: "Lo venimos planteando desde el año pasado, pero el año pasado no era el momento indicado. Estaba atravesado por una coyuntura electoral, imposible plantear una discusión organizativa interna. El Pacto se une o se hunde. Y algunos, por supuesto, tenemos toda la claridad de que este proyecto político no puede ser flor de un día y nos tenemos que ir preparando para el 2026 en términos de organización y de apuesta política. Eso implica una madurez de los partidos políticos que conforman la coalición, una forma de unidad en la cual se respeten las tendencias y las diferencias pero con una posibilidad de ir a elecciones de 2026 con una sola personería. No se plantea más por el deseo sino por la necesidad".
Precisamente, ante la imposibilidad de unirse como un solo partido, se recurrió a la figura del transfuguismo para reorganizar las fuerzas políticas.
No es la primera vez que desde el Pacto Histórico y el Gobierno buscan abrirle la puerta al transfuguismo. En la reforma política que se presentó al inicio del actual periodo presidencial se daba vía libre a esta figura, pero se hundió de cara a su quinto de ocho debates.
Marelen Castillo, también implicada
El Pacto Histórico no es el único beneficiado, como quedó en evidencia con el primer debate que se adelantó el martes. Por ejemplo, la ponente del proyecto, Marelen Castillo, llegó a la Cámara de Representantes gracias al Estatuto de Oposición, conocida por ser fórmula presidencial de Rodolfo Hernández.
A Castillo le convendría la reforma tras su separación de Hernández, líder del partido Liga de Gobernantes Anticorrupción. Esto le permitiría unirse a otra colectividad, y algunos señalan que podría caer en el Centro Democrático. No obstante, tanto esta colectividad como Cambio Radical se oponen al transfuguismo.
"Analicemos la realidad actual del país y sus circunstancias políticas. Aquí se quiere hacer ver que son intereses personales. ¿Intereses personales cuando firman más de 100 congresistas (...). Es muy bien llamado, libertad política. Estoy de acuerdo que no es en todos los momentos pero el país cambió y esas fuerzas políticas requieren hoy una alineación", afirmó durante su exposición en la Comisión I.
Con la votación de este martes se prevé que en el segundo debate en la plenaria de la Cámara de Representantes también se obtenga un resultado favorable. Sin embargo, en la Comisión I del Senado, donde sería el tercer debate, las mayorías no serían tan sólidas, por lo que es difícil predecir el resultado en esta comisión.
En la cámara alta no ven con buenos ojos el proyecto, por lo que los padres de esta iniciativa deberán moverse para garantizar los apoyos y, en principio, lograr que se avance en los primeros cuatro debates, los dos de Cámara y los dos de Senado.
Por tratarse de una reforma constitucional se deben superar ocho debates, de los cuales los últimos cuatro son con mayorías calificadas, lo que incluso podría dificultar más el avance del proyecto. A eso se suman las críticas de varios sectores. Por ejemplo, el exfiscal y exprocurador Alfonso Gómez Méndez ha cuestionado duramente esta práctica, que había sido erradicada de la política nacional.
"Lo normal es que una persona se pueda cambiar de partido cuando quiera y asuma las consecuencias ante los electores. Si tuviéramos partidos de verdad, sobrarían todas las talanqueras que hoy existen. ¿No sería mejor, en lugar de volver a cambiar la Constitución para que los ‘volteados’ puedan mudar de camiseta, abrir el hoy sí gran debate sobre partidos y democracia y no continuar con este remedo de partidos actuales a cuyos dirigentes hay que atajarlos con la fuerza de las normas para impedir que sigan girando sin fin, como los trompos?" opinó en una de sus columnas publicadas en este diario.