Extorsiones, trabajo forzado y zozobra en zona rural de Jamundí

Los pobladores de Villacolombia viven atemorizados por la presencia de grupos armados ilegales que extorsionan, reclutan a la fuerza y los obligan a trabajar en la construcción de una carretera al río Naya.

Con aroma a café y un paisaje montañoso, la zona rural de Jamundí, a 15 minutos de Cali, contrasta con la violencia que azota a sus corregimientos. Villacolombia, Potrerito, San Antonio, Ampudia y Timba son el epicentro de las acciones de los disidentes del frente ‘Jaime Martínez’, quienes imponen su ley a punta de fusil.

'El carné' de la discordia

El maestro de construcción Jairo Alfonso Escobar sabe que no puede perder de vista el pequeño papel con su nombre y número de cédula. Es su salvoconducto para entrar y salir de este territorio de 600 kilómetros cuadrados, donde más de 40.000 habitantes viven bajo el silencio y el miedo.

“Ese carné lo entregan las juntas de Acción Comunal o los líderes de los corregimientos, con autorización de los disidentes”, explica Escobar. Para obtenerlo, los pobladores deben entregar sus datos personales, incluyendo el tipo de moto en la que se movilizan, especificando el número de placa.

  1. El tránsito por la zona es restringido para quienes no porten el carné, especialmente para motociclistas, quienes deben circular sin cascos.
  2. Los vehículos deben transitar con los vidrios abajo.
  3. La presencia del Ejército es escasa, pese a los reiterados llamados de la comunidad.

La carretera de la discordia

El objetivo de la carretera al Naya es conectar la zona limítrofe con el Cauca, para llegar a Buenaventura y de allí tener vía libre hacia el mar del Pacífico colombiano. Es una de las rutas para la salida de cargas de droga y armas.

La construcción de la carretera ha generado zozobra entre los pobladores, ya que ha implicado robos de maquinaria amarilla, la construcción de estaciones de gasolina y extorsiones para financiar la obra.

“A quienes no pagan las extorsiones, los retienen durante 30 días para obligarlos a trabajar en la carretera”, denuncia Lina Tabares, defensora de derechos humanos.

Reclutamiento forzado

Los disidentes del frente ‘Jaime Martínez’ también están reclutando a niños y jóvenes desde los 9 años, según denuncian las autoridades y los habitantes.

“Se los están llevando y no es una situación de ahora. También se han agravado los secuestros”, afirma Tabares.

La presencia de carteles mexicanos

La Defensoría del Pueblo ha detectado la presencia de “personas con acento de novelas mexicanas” en la zona rural de Jamundí.

“Son del 'cartel de Jalisco Nueva Generación' que busca ser parte de las rutas de drogas en la zona rural de Jamundí, Buenaventura y Cali”, señala el informe de la entidad.

En este territorio, Cali es el eje principal de las operaciones de los carteles mexicanos, como el 'cartel de Sinaloa' y los ‘Zetas’.

Llamado a la intervención urgente

Las autoridades y la comunidad afectada hacen un llamado urgente al Gobierno Nacional y a la fuerza pública para intervenir en la zona rural de Jamundí y frenar la violencia que azota a sus habitantes.

“Necesitamos más pie de fuerza, más inteligencia, más trabajo en territorio en temas de prevención”, afirma María Isabel Ulloa, directora ejecutiva de ProPacífico.

“La importancia de una intervención integral es garantizar la seguridad, el orden público y los derechos de todos los ciudadanos ante la escalada de violencia que estamos viviendo”, señala María Isabel Alvarado, directora de la Unidad de Acción Vallecaucana.