La conciliación no es el final para una víctima de siniestros viales

Andrés Federico Bello, víctima de un siniestro vial en 2020, aún afronta las secuelas físicas y cognitivas del accidente. A pesar de haber llegado a un acuerdo conciliatorio con la aseguradora, su vida sigue marcada por las dificultades.

El hombre, que quedó con una discapacidad del 35 %, afirma que la conciliación no ha significado el fin de su sufrimiento. "La aseguradora me dio una indemnización, pero eso no me devuelve la salud ni la vida que tenía antes", lamenta.

Bello, quien trabajaba como ingeniero civil, tuvo que dejar su profesión debido a las secuelas del siniestro. Ahora, vive con limitaciones físicas y cognitivas que le dificultan realizar actividades básicas.

El caso de Bello no es aislado. Según cifras de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, en Colombia se registran cerca de 7.000 siniestros viales al año, dejando miles de víctimas con secuelas permanentes.

Las víctimas de siniestros viales enfrentan numerosos desafíos, entre ellos, el acceso a la justicia, la atención médica y la rehabilitación integral. Muchos deben recurrir a tutelas y procesos judiciales largos y costosos para obtener una indemnización justa.

Además, las secuelas físicas y cognitivas de los siniestros viales pueden tener un impacto devastador en la vida de las víctimas y sus familias. Pérdida de la movilidad, problemas cognitivos, dolor crónico y depresión son algunas de las consecuencias que pueden enfrentar.

Es fundamental que las autoridades y la sociedad en general tomen conciencia de la gravedad de los siniestros viales y trabajen para prevenirlos y atender a las víctimas de manera integral.