Mamá del pastor Lora relata su escape de la masacre en Aguachica: «Decidí no ir»
Un día fatídico en Aguachica
El testimonio de Ángela Barrera Bustos
La señora Ángela, visiblemente afectada, describió el profundo dolor que embarga a su familia y la comunidad. Este testimonio agrega una dimensión personal y desgarradora a la tragedia, subrayando el impacto devastador en los seres queridos de las víctimas.
Marlon Lora: Un líder comunitario en el corazón de Aguachica
Marlon Lora, más allá de ser una víctima, era un líder espiritual y social ampliamente respetado en Aguachica. Su labor al frente de la iglesia evangélica Príncipe de Paz y su compromiso con programas de apoyo a los más vulnerables lo habían convertido en una figura clave para la comunidad. Su trágica muerte y la de su familia impulsaron al alcalde y a otros líderes locales a organizar actos públicos en demanda de justicia y esclarecimiento de los hechos.
Desmintiendo rumores y versiones
En medio del dolor, Ángela Barrera Bustos también se refirió a las diversas versiones que han circulado sobre la posible conexión de su hijo con figuras del mundo delincuencial, como alias ‘el Calvo’ y ‘la Diabla’. Con firmeza, desmintió categóricamente cualquier vínculo. «Nunca jamás conocimos a ese señor. Nunca fue a la iglesia, ni el tal ‘calvo’ ese ni la tal ‘Diabla’, sí que menos. Enredaron [el caso] porque hablaron de una cosa terrible. Qué pena escuchar a mucha gente supuestamente preparada, puros amarillistas, para dañar y enlodar el nombre de mi familia, de mi hijo. Eso no es cierto, él no estaba vinculado con nada de eso», afirmó la madre del pastor.
La investigación en curso
El clamor por la verdad y la justicia sigue latente en Aguachica
Mientras tanto, Aguachica se une en oración y solidaridad con la familia Lora Rincón, esperando que la verdad salga a la luz y que los culpables sean castigados. La memoria de Marlon Lora y su familia permanece viva en el corazón de quienes lo conocieron, impulsando la búsqueda de un futuro de paz y justicia para la comunidad.
