Miles de hogares en Bogotá y Cundinamarca se quedarían sin luz por culpa de una situación

Cada vez son más los proyectos inmobiliarios en Bogotá y Cundinamarca que requieren un desarrollo de obras masivas que aseguren servicios como el agua y la energía.

Uno de estos proyectos es la Línea de Transmisión La Virginia-Nueva Esperanza, que tiene como objetivo llevar energía a 37.000 viviendas que se construyen en la zona metropolitana de Bogotá y sus áreas vecinas que hacen parte de Cundinamarca.

Retraso en la construcción

El retraso en la construcción de la línea de transmisión se debe a la falta de permisos especiales del Ministerio de Ambiente, según información proporcionada por los encargados del proyecto.

"Les advertimos a nuestros clientes que el suministro de energía depende de la finalización de estos proyectos. No podemos hacerlo de otra manera porque son proyectos que llevan muchos años de retraso y son indispensables para la ciudad", dijo José Antonio Vargas, presidente de la junta directiva de Enel Colombia.

Los encargados de las obras aseguran que debieron haber entregado todo hace siete años, pero los retrasos del Ministerio los han llevado a esta difícil situación.

"Estos proyectos son vitales para la atención de la demanda en Bogotá y Cundinamarca y están retrasados. Esperamos que el Ministerio de Ambiente otorgue la licencia y culmine algunos trámites administrativos", añadió Jaime Orjuela, director de Regulación del GEB.

Consecuencias del retraso

Las empresas advierten que el sistema actual no daría abasto luego de 2025, por lo que la energía en miles de hogares de Bogotá y la Sabana está en peligro a largo plazo.

El acceso a la energía es un derecho fundamental que impacta la calidad de vida de los ciudadanos, ya que es esencial para el funcionamiento de electrodomésticos, la iluminación, el acceso a internet y la calefacción o refrigeración.

Si las nuevas viviendas no cuentan con servicios esenciales como la energía, esto podría desincentivar la compra o el arrendamiento de dichas propiedades, lo que afectaría la dinámica del mercado inmobiliario.

La confianza en el sector de la construcción privada también depende de que los servicios básicos estén garantizados, lo que permite que las empresas privadas sigan invirtiendo y generando empleo.