Caimán Ñata: Una historia de 54 años junto a una familia en Palmira
En un tranquilo barrio de Palmira, Valle del Cauca, vivió durante más de medio siglo un inusual miembro de la familia Escobar: Ñata, un caimán aguja de casi tres metros de largo.
Un rescate inesperado
La historia de Ñata comenzó en 1970, cuando el padre de Jesús Leonardo Escobar, un pescador y cazador experimentado, rescató al pequeño reptil de un grupo de cocodrilos decomisados por las autoridades. En ese momento, Ñata medía apenas 25 centímetros.
La familia Escobar acogió al caimán con cariño, brindándole alimento y cuidado. Con el paso de los años, Ñata fue creciendo y convirtiéndose en una parte integral de su hogar.
Una mascota inusual
A pesar de su imponente tamaño y mandíbula poderosa, Ñata nunca mostró agresividad hacia la familia. Los Escobar la trataban como a un gato, adaptando su rutina para que se sintiera cómoda en su entorno.
Ñata se convirtió en una atracción local, y los vecinos a menudo visitaban la casa solo para verla. Pero su inusual convivencia con humanos también suscitó preocupaciones.
Intervención de las autoridades
El 21 de octubre de 2024, las autoridades allanaron la casa de los Escobar y rescataron a Ñata. El operativo, llevado a cabo por la Fiscalía, la Policía y la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC), sorprendió a la familia.
El caimán fue amarrado y trasladado a un camión, para ser evaluado por expertos. Los informes preliminares revelaron problemas de salud significativos, incluyendo desnutrición y fallas renales.
Un futuro incierto
Los expertos determinaron que Ñata no reunía las condiciones para ser liberada en su hábitat natural. Su peso estaba muy por debajo de lo recomendado para su tamaño y edad, y presentaba dificultades para moverse y comer.
La CVC, entidad que lideró el rescate, está coordinando con especialistas para brindar a Ñata los cuidados necesarios en cautiverio. Se le proporcionará un espacio amplio con una laguna para regular su temperatura y se realizarán estudios genéticos para determinar su especie y zona de distribución original.
Controversia y sanciones
El rescate de Ñata también ha generado controversia. Las autoridades cuestionan la veracidad de las afirmaciones de Escobar, quien asegura que el caimán lleva 54 años con su familia. Los expertos estiman que Ñata tiene entre 12 y 15 años.
Escobar podría enfrentar sanciones económicas y penales por tener un animal silvestre sin los permisos correspondientes.
Reflexiones sobre el caso Ñata
El caso de Ñata pone de relieve la compleja relación entre humanos y vida silvestre. Aunque el cariño y el cuidado que recibió el caimán son admirables, también es importante respetar los límites naturales y las necesidades de los animales salvajes.
Es crucial que las personas conozcan las regulaciones sobre tenencia de animales silvestres y trabajen junto con las autoridades para garantizar el bienestar de estos animales y preservar los ecosistemas.