El senador Humberto de la Calle pide un acuerdo nacional para superar la crisis en la "paz tota"

El senador independiente Humberto de la Calle concedió una entrevista al diario EL TIEMPO en la que habló sobre la crisis que atraviesa la "paz tota". De la Calle afirmó que "la nuez milenaria de las negociaciones es el encuentro de un equilibrio entre garrote y zanahoria. Curioso que el mismo Gustavo Petro, que ha repartido garrote a quienes no lo siguen, haya utilizado tanta zanahoria con esas bandas hasta el punto de un grave incremento del descontrol territorial" y añadió que "el Gobierno ha aumentado el tamaño burocrático del Estado, pero disminuye el tamaño del territorio que gobierna".

Poca ejecución, improvisación y falta de experiencia

De la Calle también señaló, a propósito de los dos años del Gobierno del presidente Gustavo Petro, que "ha habido poca ejecución, improvisación, falta de experiencia y alguna torpeza". Aunque Gustavo Petro no se inventó el odio, ha invertido demasiada energía en una narrativa que lo agudiza. A veces habla de acuerdos nacionales, pero luego vienen los sobresaltos que, en general y hasta ahora, solo han sido más o menos retóricos. Él ha hecho llamados a la democracia de tropel, es decir, la idea de que el pueblo sin control es el que manda y define la legitimidad. Este es un escenario propicio para que la soberanía radique en el caudillo y afecta la esencia del Estado de derecho.

El otro plano de reparos

El otro plano de reparos es el de las reformas concretas. En este terreno ha habido poca ejecución, improvisación, falta de experiencia y alguna torpeza. Y quienes tienen objeciones son descalificados de inmediato: se les tilda de corruptos, desalmados, marionetas del antiguo régimen. Se ha dejado poco espacio para la reflexión serena. Últimamente se ha formulado un nuevo llamado al acuerdo. Ojalá no sea flor de un día.

Grave ataque a las cortes

De la Calle también expresó su preocupación por el grave ataque a las cortes que está llevando a cabo el Gobierno de Petro. En general, los presidentes, aun discrepando de decisiones judiciales, han mantenido un ambiente de respeto por las cortes. Uribe fue una excepción porque inauguró esa pésima faceta de ataque a las cortes. Y ahora Petro descalifica muchas de las sentencias. Esto también altera un marco de seguridad institucional que es clave en la vida ciudadana.

Grave daño a la salud

El senador también criticó la gestión del Gobierno en materia de salud. Ya la mitad de los pacientes está en manos del Gobierno a través de la Superintendencia. Y agregue el magisterio. El resultado no ha sido bueno. Yo veo deterioro creciente en la garantía de la salud. Es cierto que ha habido fallas en el sistema, pero también resultados muy buenos. En el acuerdo de La Habana se pactó un mecanismo especial de salud para las zonas apartadas. No se tuvo en cuenta. El Gobierno, en parte movido por su ideología, resolvió tumbar todo el edificio en medio de una gran incapacidad para remodelar lo que era necesario cambiar: más acceso en la periferia y más medicina preventiva. Ahora el desafío es mayor: ya no se trata solo de dictar una ley.

El acuerdo nacional

De la Calle también se refirió al acuerdo nacional que está proponiendo el Gobierno. El acuerdo nacional es como un caleidoscopio. Usted lo va moviendo y cada observador ve cosas distintas. En el fondo muchos de los que proclaman la necesidad de un acuerdo nacional lo quieren mirar a la luz de sus convicciones e intereses. Es decir, un acuerdo a la medida de mi visión. Por eso, en democracia, el verdadero acuerdo es el acuerdo para el desacuerdo. Si bajáramos la agresividad, si creáramos espacio para la reflexión basada en la evidencia, si al menos descalificáramos las redes insultantes, si garantizáramos el cumplimiento de las reglas, si tuviésemos absoluta certeza de que en 2026 vamos a tener elecciones limpias, si fuera claro que las sentencias se respetan, tendríamos el verdadero acuerdo nacional. En un clima de la naturaleza como lo describo, podríamos mirar los detalles de las reformas sin la amenaza de linchamiento.

El propósito central

El propósito central de este momento histórico es el que acabo de describir. Entonces aflorarían algunos temas donde brillaría con luz fuerte el interés nacional. Por ejemplo, creo que el problema de control territorial merecería una visión de todos, discutida sin pasión, sin deseo de ganar terreno ideológico, simplemente tomando en cuenta la unidad de la nación. Y lo mismo podría decirse del grave problema de inseguridad. En resumen: el consenso para conducir el disenso como sombrilla para acuerdos temáticos parciales.

No se sabe, pero va siendo tarde para actuar

De la Calle concluyó diciendo que no se sabe y es temprano para predecir, pero va siendo tarde para actuar. Lo que uno quisiera es un afianzamiento de la visión republicana. Por defectuosa que sea la democracia representativa, ya se dijo, es el menos malo de los sistemas. Esto hay que preservarlo. No sería bueno que la agresividad y la ceguera condujeran los resultados del 2026.