El presidente Gustavo Petro enfrenta nuevamente temores sobre su postura con Venezuela. Tras las seis visitas a Nicolás Maduro en su primer año de presidencia, y su abstención en la votación de la OEA que exigía publicar las actas electorales venezolanas, las sospechas sobre los planes de Petro con el vecino país resurgen. Esto podría generar resistencias en la segunda mitad de su mandato y afectar la percepción de los colombianos ante su posible reconocimiento de Maduro como mandatario de Venezuela.
Además, el fin del cese al fuego con el ELN, en el que Maduro ha tenido un papel determinante, y la falta de resultados concretos en las negociaciones de paz, ponen en tela de juicio la gestión de Maduro.
¿Maduro, un fardo para Petro?
Petro tiene ante sí un dilema: reconocer a Maduro como presidente de Venezuela o mantener su postura actual. Esta decisión podría influir en las elecciones presidenciales de 2026, determinando la continuidad o no del proyecto petrista.
El impacto en la agenda de Petro
La relación de Petro con Maduro condicionará algunas de sus iniciativas. Por ejemplo, la oposición ha criticado ideas como la asamblea constituyente o el 'fast-track', recordando las consecuencias negativas en Venezuela tras la modificación constitucional.
Las sospechas sobre el 'petrismo'
Las posturas y acciones de Petro en relación con Venezuela han generado sospechas sobre una posible 'venezolanización' de Colombia. La oposición tacha de nocivas iniciativas como la asamblea constituyente, comparándolas con el inicio de la debacle venezolana.
El futuro de las relaciones Colombia-Venezuela
El manejo de Petro de la relación con Venezuela será crucial para su mandato. Deberá equilibrar los intereses de ambos países, manejar las sospechas sobre sus intenciones y tomar decisiones que no comprometan el futuro de Colombia.