El presidente Gustavo Petro ordena vender residencias diplomáticas de Colombia en el exterior

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha ordenado vender las residencias diplomáticas del país en el extranjero. La medida, anunciada el pasado miércoles, tiene como objetivo reducir los gastos del Estado y destinar los recursos obtenidos a programas sociales.

Residencias afectadas

Las residencias afectadas por la medida son las de Suiza, México y Bruselas. La residencia de Suiza, ubicada en Berna, es una mansión de 1.200 metros cuadrados con un valor estimado de 10 millones de dólares. La residencia de México, ubicada en la Ciudad de México, es una casa de 1.000 metros cuadrados con un valor estimado de 5 millones de dólares. La residencia de Bruselas, ubicada en la capital de Bélgica, es un apartamento de 500 metros cuadrados con un valor estimado de 3 millones de dólares.

Reacciones

La medida ha generado reacciones encontradas. Algunos sectores apoyan la decisión del gobierno, argumentando que es necesario reducir los gastos del Estado y destinar los recursos a programas sociales. Otros sectores critican la medida, argumentando que las residencias diplomáticas son necesarias para el buen funcionamiento de las embajadas y consulados.

Antecedentes

Esta no es la primera vez que se propone vender las residencias diplomáticas de Colombia en el exterior. En 2012, el entonces presidente Juan Manuel Santos propuso una medida similar, pero la propuesta no prosperó. En 2018, el entonces presidente Iván Duque también propuso vender las residencias, pero la propuesta tampoco prosperó.

Implicaciones

La venta de las residencias diplomáticas de Colombia en el exterior tendrá varias implicaciones. En primer lugar, reducirá los gastos del Estado. En segundo lugar, los recursos obtenidos podrán ser destinados a programas sociales. En tercer lugar, la medida podría afectar el funcionamiento de las embajadas y consulados.

La medida también podría tener implicaciones políticas. Algunos sectores podrían interpretar la venta de las residencias diplomáticas como un gesto de austeridad por parte del gobierno, mientras que otros podrían interpretarla como un gesto de debilidad.