María Fernanda Cabal y Roy Barreras protagonizan un tenso cruce de declaraciones por la supuesta santería de Gustavo Petro

La congresista del Centro Democrático y precandidata presidencial, María Fernanda Cabal, ha generado una nueva polémica al especular sobre la apariencia física del presidente Gustavo Petro, quien desde el 22 de marzo de 2024 aparece en público con gorra debido a un aparente y costoso procedimiento de implantes de pelo.

Cabal aseguró que el mandatario estaría siguiendo un "ritual de santería cubana" que le exige estar 3 meses rapado, algo que supuestamente también habrían hecho en el pasado el fallecido Hugo Chávez, Nicolás Maduro y Roy Barreras.

Roy Barreras responde con dureza

Las declaraciones de Cabal no han tardado en generar reacciones, entre ellas la del senador Roy Barreras, quien recientemente explicó que había perdido el cabello debido a un tratamiento de cáncer.

Barreras no se quedó callado y respondió con un airado trino en el que acusó a Cabal de "delirante" y "perversa". Además, la comparó con una "planta venenosa" y le dijo que "no tiene nada que ver raparse el pelo con las prácticas indígenas o con los ritos afrocubanos".

Una polémica que no cesa

El cruce de declaraciones entre Cabal y Barreras ha generado un gran revuelo en las redes sociales, donde muchos usuarios han criticado las palabras de la congresista.

Cabal ha defendido su postura, asegurando que sus afirmaciones se basan en información que le han proporcionado fuentes cercanas al presidente. Sin embargo, Barreras ha negado rotundamente estas acusaciones y ha exigido a Cabal que retire sus palabras.

La polémica promete seguir dando mucho que hablar en los próximos días, ya que Cabal ha anunciado que presentará una denuncia formal contra Barreras por injuria y calumnia.

Palabras que no sanan

El lenguaje utilizado por Cabal y Barreras en sus declaraciones ha sido duramente criticado por muchos sectores, que lo consideran irrespetuoso y ofensivo.

Expertos en comunicación han señalado que este tipo de lenguaje no contribuye a un debate sano y constructivo, sino que más bien polariza a la sociedad y dificulta la búsqueda de soluciones a los problemas que enfrenta el país.

Es importante recordar que las palabras tienen un gran poder y que deben ser utilizadas con responsabilidad, especialmente por parte de quienes ocupan cargos públicos.