Reforma a la educación: entre el acuerdo y la discordia
Los desacuerdos de las bases petristas
Lo que parecía ser un acuerdo modelo para avanzar en la concertación y el diálogo en la difícil relación entre el Gobierno y el Congreso terminó siendo motivo de discordia entre las bases del petrismo. Tras la aprobación en tercer debate de la reforma a la educación en la Comisión Primera del Senado –que contó con el apoyo de congresistas de la oposición–, ahora sectores afines a Gustavo Petro convocan a paros y exigen, a raja tabla, que se eche para atrás lo acordado.
El reclamo viene nada menos que de la Federación Colombiana de Educadores (Fecode) y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), que alegan que lo pactado en el Parlamento no fue consultado y dejó de lado varias propuestas de los sindicatos. Sin embargo, van más allá y reclaman por privatización, retrocesos en garantías para el derecho a la educación y restringen su acceso.
Las críticas de la senadora Paloma Valencia
No obstante, otra es la mirada de la senadora de oposición Paloma Valencia (Centro Democrático). Dejando de lado sus diferencias ideológicas con el Gobierno, en diálogo con El Colombiano, aliado de Pulzo, reconoce que lo pactado hace parte de un trabajo conjunto que tiene a la educación como centro, le apuesta a la calidad y se aparta de los intereses de los sindicatos por privilegiar el de niños y adolescentes.
Los puntos clave del acuerdo
La alternancia del poder
El acuerdo básico es que una ley estatutaria no puede ser un límite a la alternancia del poder. Es decir, tiene que recoger la diversidad de posturas que hay sobre la educación en el país, porque la idea de las leyes estatutarias es que duren en el tiempo. Por ello, tiene que servir para desarrollar las políticas de la izquierda sobre la educación, pero también las políticas de quienes no somos de izquierda.
La evaluación docente
Hicimos mucho énfasis en la importancia de la evaluación docente porque Colombia está perdiendo las pruebas Pisa. Los niños colombianos no leen bien, no entienden lo que leen, no saben matemáticas adecuadamente y no tienen una formación básica en ciencias. Por ello, necesitamos poder evaluar a los docentes para garantizarles la educación.
El rendimiento académico de los estudiantes
Sí, queremos que el rendimiento académico de los estudiantes en los exámenes de Estado sirva como criterio auxiliar para evaluar al docente. Es decir, si a un colegio más o menos le va igual en todas las materias, pero hay una en la que a los jóvenes y niños les va especialmente mal, pues ahí hay una señal sobre cómo el profesor es malo.
La empleabilidad como criterio para la formación
Otro tema que incluimos fue la empleabilidad como un criterio para la formación. Ello implica que cuando a usted lo forman, la oferta académica tenga en cuenta el sistema productivo colombiano. Lo que no puede pasar es que se gradúe un montón de pelados que terminen con el diploma colgado en la sala y desempleados. Hay que tener en cuenta el mercado y el sector productivo para que los jóvenes puedan no solamente estudiar, sino graduarse y conseguir un trabajo que les cambie la vida.
El sistema mixto de educación
Incluimos y defendimos el sistema mixto de educación, es decir, público y privado, porque para nosotros la diferencia no está entre la educación pública y la privada, sino en la educación con calidad y sin calidad. El Estado, usando por supuesto una relación costo-beneficio, debe invertir en la educación de calidad que le transforme la vida a los jóvenes y no simplemente, como pretendía el Gobierno en la educación pública.
La autonomía universitaria
Eliminamos la pretensión del Gobierno de que todas las universidades públicas y privadas eligieran su rector a través del voto popular de estudiantes y comunidad.
La reacción de los sindicatos y la reflexión de Wilson Arias
Ambos, tanto Fecode como la CUT, son los financiadores del Gobierno y le donaron. Siguiendo la interpretación del senador Wilson Arias, del Pacto Histórico, aquí ellos están frente a sus financiadores y esos financiadores se sienten con derecho a exigir que el Gobierno actúe de acuerdo con sus intereses, pero aquí lo que tiene que primar no son los intereses de los sindicatos, sino los derechos de los niños que es lo que ordena la Constitución.
Conclusión
La reforma a la educación es un tema complejo que suscita diversas opiniones. Si bien el acuerdo alcanzado en la Comisión Primera del Senado es un paso adelante, aún quedan muchos puntos por discutir. La participación de todos los sectores involucrados es fundamental para lograr una reforma que beneficie a la educación colombiana y, sobre todo, a los niños y jóvenes del país.