Los sismos, un fenómeno que siempre ha estado presente en Colombia, continúan siendo motivo de preocupación para la población. Aunque no todos los sismos son perceptibles, el Servicio Geológico Colombiano (SGC) estima que cada mes ocurren aproximadamente 2.500, lo que equivale a 80 sismos diarios. Sin embargo, la mayoría de estos sismos no son perceptibles para la población.

¿Qué hacer en caso de un sismo?

¿Cómo reportar un sismo?

El SGC cuenta con un formulario en línea llamado "Sismo Sentido" donde la población puede reportar los sismos que haya sentido. Este reporte permite al SGC estimar rápidamente los efectos del evento y determinar la intensidad del movimiento telúrico, lo cual es crucial para mejorar el conocimiento de la amenaza sísmica en el país.

¿Por qué Colombia es un país sísmicamente activo?

Colombia se encuentra ubicado en una zona de alta actividad sísmica debido a la interacción de tres placas tectónicas: la de Nazca, la de Sudamérica y la del Caribe. Esta dinámica geológica hace que se originen sismos en la mayor parte del territorio colombiano, siendo las costas del Pacífico y del Caribe, así como las zonas cercanas a las cordilleras, las más activas.

¿Qué causa los sismos?

Los sismos son causados por la liberación de energía acumulada en el interior de la Tierra. Esta energía puede acumularse por el movimiento de las placas tectónicas, la actividad volcánica o la actividad humana, como la extracción de recursos energéticos o el uso de agua en pozos profundos.

¿Cómo se mide la magnitud y la profundidad de un sismo?

La magnitud de un sismo se calcula utilizando datos recopilados por una serie de equipos que se encuentran en estaciones de monitoreo ubicadas a lo largo del territorio. Estos equipos registran los movimientos del terreno y, a partir de ellos, se calcula la energía sísmica liberada en el foco del sismo.

La profundidad de un sismo se determina analizando los distintos tipos de ondas que se generan cuando ocurre un sismo. Cada tipo de onda viaja a una velocidad específica, lo que resulta en diferentes tiempos de llegada a la superficie terrestre. Estas diferencias en los tiempos de llegada permiten determinar la ubicación del sismo y, por consiguiente, su profundidad.