Un joven de 14 años acaba con la vida de su familia en BogotáUn atroz crimen conmociona a la capital de Colombia: un adolescente de 14 años asesinó a su padre, un mayor del Ejército Nacional, y a su hermana de siete años en su residencia en la localidad de Suba

Este lunes 29 de julio, alrededor de las 11:30 de la noche, la Policía Metropolitana de Bogotá fue alertada sobre un posible caso de violencia intrafamiliar en la casa 8 del conjunto residencial Colina de San Jorge. Al llegar al lugar, los agentes se encontraron con una escena desgarradora.

En la sala yacía sin vida Fabián Humberto Bueno Carranza, un mayor activo del Ejército Nacional y quien desempeñaba labores en la Unidad de Tecnología del Cantón Norte. En una de las habitaciones, los agentes hallaron el cuerpo de su hija de siete años. También se encontraba en la escena Catherine Torres Velásquez, de 37 años, quien es instrumentadora quirúrgica de profesión y quien resultó herida y en estado de shock. Junto a ella, un joven de 14 años, hijo de la pareja, presentaba heridas de arma blanca en sus manos y tenía un cuchillo cerca.

Las víctimas fueron identificadas como Fabián Humberto Bueno Carranza, un mayor activo del Ejército Nacional y quien desempeñaba labores en la Unidad de Tecnología del Cantón Norte; su hija de siete años y, la madre, Catherine Torres Velásquez, de 37 años, quien es instrumentadora quirúrgica de profesión.

De acuerdo con los reportes preliminares de las autoridades, el joven habría asesinado a su padre propinándole más de un centenar de heridas y lo mismo hizo con su hermana menor. La madre no se encontraba en la vivienda en el momento del ataque, según quedó registrado en las minutas de ingreso del conjunto residencial.

Cuando la mujer llegó a la vivienda, según cuentan los vecinos, también fue atacada por el menor; sin embargo, logró salir con vida, pero con la imagen clara de lo que había presenciado. “El hijo le pedía perdón, le decía ‘perdón mamá, perdón’”, relataron testigos de los hechos.

La magnitud de los hechos no pasó desapercibida para el juez cuarto penal municipal de Bogotá, quien determinó que el joven, quien aceptó los cargos por homicidio agravado, debía ser internado en un centro de detención preventivo del ICBF durante cuatro meses, mientras se decide su situación.

En la diligencia judicial, que duró más de dos horas, y a la que asistieron representantes del Ejército Nacional y familiares del menor, se escuchó la narración del fiscal sobre cómo ocurrieron los asesinatos y se proyectaron las imágenes del álbum fotográfico de los peritos forenses. El joven permaneció impávido en la sala de audiencias mientras pasaban una a una las imágenes de los cuerpos de su papá y hermana en las habitaciones de la casa en la que habitaban.

Aunque el joven aceptó los cargos, las autoridades aún tratan de entender qué pasó esa noche y qué elemento pudo detonar este terrible hecho. Una de las primeras hipótesis que rodea el caso es una posible negativa del padre ante un permiso que necesitaba el joven o, quizá, un tema relacionado con un comportamiento estricto dentro del hogar.

Hasta el momento se sabe que el joven no registraba comportamientos agresivos con anterioridad, que su desempeño académico era bueno y no había tenido problemas de intolerancia o conflicto con nadie de su entorno cercano.

Sin embargo, los investigadores recopilan información de la institución académica en la que estudiaba y se revisan a profundidad las bases de datos sobre denuncias de violencia intrafamiliar a la espera de encontrar una pista que pueda explicar el comportamiento homicida del menor.

El caso ha generado conmoción en la comunidad y ha llevado a expertos en psiquiatría, psicología clínica y forense, así como a perfiladores criminales, a tratar de entender qué hay detrás de crímenes como este.

Los especialistas señalan que la violencia intrafamiliar es un factor de riesgo importante para los niños y adolescentes, y que los menores que han sido expuestos a este tipo de violencia tienen más probabilidades de desarrollar problemas de conducta y salud mental.

Además, destacan que el consumo de sustancias psicoactivas, las relaciones difíciles con los compañeros y las dificultades académicas también pueden aumentar el riesgo de violencia entre los jóvenes.

Los expertos coinciden en que es fundamental trabajar en la prevención de la violencia intrafamiliar y en el apoyo a los niños y adolescentes que han sido expuestos a este tipo de violencia para reducir el riesgo de que se conviertan en víctimas o perpetradores de delitos.