Las estaciones de esquí españolas no se conforman con el invierno. Desaparecida la nieve de sus laderas, vuelven a abrir parcialmente sus instalaciones para ofrecer planes de verano en la montaña. De la Cordillera Cantábrica a Sierra Nevada, pasando por el Pirineo, 13 remontes se ponen en marcha para subir a ciclistas, senderistas o quienes simplemente buscan buenas vistas desde las alturas.
Actividades para todos los gustos
Senderismo y ciclismo en las alturas
En el valle del río Aragón, en Huesca, la estación de Astún ofrece acceso a los ibones de Truchas y Escalar, en España, y a los franceses de Casterau, Bersau, Gentau, Miey y Roumassot. En Panticosa, en el valle de Tena, el telecabina conecta el pueblo con el corazón de la estación, a 1.900 metros de altitud, donde se puede acceder a los ibones de Sabocos y Asnos y al mirador de Yandel. La estación de Cerler, en el valle de Benasque, cuenta con un programa para iniciar a los niños en la montaña y ofrece excursiones guiadas para adultos.
El encanto de las estaciones-pueblo
Panticosa y Cerler tienen el encanto de ser estaciones-pueblo, con remontes y pistas que arrancan y terminan en el casco urbano. En Panticosa, el telecabina conecta el pueblo con el corazón de la estación, a 1.900 metros de altitud, donde se puede acceder a los ibones de Sabocos y Asnos y al mirador de Yandel.
Sierra Nevada, un mundo aparte
Lo que diferencia a la estación granadina del resto es su gran altitud: 3.398 metros en la cumbre del pico Veleta. Este verano estarán abiertos el telecabina Al Andalus y el telesilla Veleta, que sube a 3.000 metros. En el entorno de la estación se despliegan 11 rutas para bicicletas y se puede visitar el observatorio astronómico más alto de Europa.