Los 'castellers' se enfrentan al cambio climático con camisas más frescas y pérgolas

El aumento de las temperaturas y la humedad está poniendo a prueba a los 'castellers', que deben adaptarse a las nuevas condiciones climáticas para garantizar su seguridad y la del público.

Un estudio de la Universidad Rovira i Virgili (URV) propone diversas medidas para adaptarse a estas temperaturas cada vez más elevadas, como el uso de camisas transpirables, la instalación de pérgolas en las plazas para generar sombra, acortar la duración y las esperas entre 'castells', disponer de más agua fresca e incrementar las ambulancias para atender los golpes de calor de manera más rápida y efectiva.

Cambios de horario, la medida más drástica

La medida más drástica, modificar el calendario y trasladar las 'diadas' del mediodía a primera hora de la mañana o a la tarde, es muy compleja por todo lo que implican las 'diadas': el componente tradicional, la fiesta a la que están asociadas, el protocolo, etc.

Sin embargo, existe un precedente el pasado 15 de agosto en la Bisbal del Penedès. "Todas las demás propuestas son más fáciles de implementar, y ahora cada 'colla' debe elegir con cuáles se siente cómoda", explica Óscar Saladié, coordinador del estudio de la URV.

Condiciones meteorológicas favorables y adversas

Durante las sesiones participativas del estudio también se determinaron las situaciones meteorológicas más favorables y más adversas para hacer 'castells'.

  • Tanto la temperatura como la humedad no deberían ser altas o muy altas (evitar el bochorno).
  • Es positivo que el cielo esté algo nublado.
  • No debería llover ni hacer viento fuerte.

En cuanto a la temperatura, se estableció un rango óptimo (18,5 ºC y 25,5 ºC) y un umbral extremo de 34 ºC, por encima del cual debería plantearse, por motivos de seguridad, no realizar la actividad.

"El estudio continuará con el seguimiento de las medidas que las 'collas', los organizadores de las 'diadas' y la administración adopten para hacer frente a la situación, garantizando la seguridad, por un lado, y preservando la tradición, por otro", concluye Saladié.