La vicepresidenta del Gobierno valenciano, Susana Camarero (PP), rechazó este domingo las peticiones de dimisión dentro del Ejecutivo regional por la gestión de la dana que asoló parte de la provincia de Valencia el pasado 29 de octubre, dejando un balance provisional de más de 200 muertes y 80 municipios afectados.
Dimisiones no son una opción
Tras la multitudinaria manifestación del sábado en Valencia, donde miles de personas exigieron la dimisión del presidente autonómico, Carlos Mazón, Camarero expresó su "respeto" por la protesta, pero afirmó: "No es una opción en este momento ninguna dimisión". La vicepresidenta insistió en que ahora el Ejecutivo valenciano debe centrarse en la reconstrucción: "No podemos perder ni un minuto".
Críticas al Gobierno central
Camarero criticó al Gobierno central, exigiendo una mayor inversión para mitigar los efectos de la catástrofe: "Necesitamos un Gobierno de España que no nos dé el dinero a cuentagotas y no escatime un euro para los afectados", dijo. El Ejecutivo central, por su parte, se limitó a declarar que también está volcado en las tareas de recuperación y que el debate sobre la exigencia de responsabilidades se producirá "en el momento oportuno".
Manifestación de Valencia
Respecto a la manifestación del sábado, que congregó a unas 130.000 personas según la Delegación del Gobierno, Camarero dijo comprender "el dolor, el sufrimiento, la frustración y la impotencia" de los afectados que protestaron "pacíficamente". Sin embargo, lamentó que este sufrimiento "se politice", como a su juicio hicieron algunos manifestantes. También condenó a los "grupos violentos" que provocaron "disturbios y actos vandálicos" al finalizar la marcha, "distorsionando el objeto y el mensaje" de la protesta.
Respuesta del Gobierno valenciano
El propio Mazón se refirió a la marcha este domingo: "Reconocimos profundamente el dolor", dijo, pero no quiso "reflexionar sobre otras cosas que pasaron ayer, sobre algunos convocantes de ayer". Tampoco quiso calificar los comportamientos observados que "no se merecen las víctimas ni el pueblo valenciano".
Camarero eludió las autocríticas sobre la gestión de la riada, reconociendo que una catástrofe natural como ésta, "que no se ha conocido en la historia ni de esta comunidad ni de este país", seguramente dejará muchas experiencias y aprendizajes.
Controversia sobre contactos
Sobre los contactos entre la ministra Teresa Ribera y Mazón el día de la tragedia, la vicepresidenta insistió en que hubo una caída "puntual" de la cobertura telefónica debido a la propia dana, que se recuperó en pocas horas. Añadió que Ribera "manipuló" al afirmar que había intentado llamar a Mazón sin éxito entre las 19:30 y las 20:00. "Ella estaba en Bruselas haciendo pasillos, en lugar de preocuparse por Valencia. Hay una llamada perdida a las 20:17 y un mensaje a las 20:20, cuando todo había pasado", enfatizó.
Reacción del Gobierno de Sánchez
El Gobierno de Pedro Sánchez mantuvo su consigna de evitar la confrontación pública con la Generalitat valenciana, destacando el esfuerzo de los ministerios en las zonas afectadas para disipar las críticas sobre una supuesta respuesta insuficiente del Estado. El ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, expuso un conjunto de datos y compromisos, incluyendo la apertura de carreteras y vías férreas, la entrega de agua y alimentos, y el despliegue de fuerzas de seguridad y militares.
Torres afirmó que a las ayudas aprobadas la semana pasada se sumarán nuevos anuncios tras el Consejo de Ministros del lunes. También mostró su respeto por la manifestación del sábado, señalando que "hoy sería un absoluto error no centrarnos en recuperar las calles de todos los municipios, en sacar el lodo, en responder a la situación de salubridad, reponer la electricidad de todas las viviendas, en que tengan gas, porque llegan días fríos, en prever las situaciones atmosféricas y que las ayudas lleguen cuanto antes".