Acuerdo entre PSC y ERC para investir a Illa genera división en la izquierda

El pacto entre el PSC y ERC para investir a Salvador Illa como president de la Generalitat de Cataluña a cambio de sacar a la comunidad autónoma del régimen común de financiación autonómica ha generado división en el bloque de investidura, que sumó 179 votos para mantener a Pedro Sánchez en La Moncloa.

Reacciones encontradas en Sumar

La división se extiende a las propias filas de Sumar, socio de Gobierno del PSOE, donde el silencio oficial marcado como posición por el grupo parlamentario se ha roto, aflorando posiciones contradictorias. Mientras los comunes han salido en defensa del acuerdo, IU lo critica porque entiende que amenaza la solidaridad entre territorios.

Compromís y la Chunta, por su parte, advierten de que votarán en contra de cualquier reforma legal que no recoja mejoras de la financiación para la Comunidad Valenciana y Aragón, respectivamente.

El PSC-ERC agita el debate territorial

El acuerdo PSC-ERC ha multiplicado las voces en un debate delicado para la izquierda alternativa, el del modelo territorial y sus equilibrios. Un espacio político en el que siempre ha habido diferentes visiones (federalistas, confederalistas, nacionalistas, antinacionalistas) que han dificultado tanto una visión de España compartida como una coordinación funcional de sus fuerzas políticas.

Críticas de Podemos y Coalición Canaria

Ya fuera de Sumar, se pronuncian contra el acuerdo Podemos, más por lo que se queda fuera que por lo que hay dentro, y Coalición Canaria. En contraste con el rechazo expresado por JxCat, Bildu, formación con estrechos lazos con ERC, se muestra abiertamente favorable a la "financiación singular".

Inquietud en el seno del PSOE

Fuentes de distintos grupos coinciden en que es pronto para hacer cálculos sobre si la reforma de la Ley de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA), necesaria para convertir en realidad el acuerdo del PSC y ERC, alcanzaría los 176 votos, entre otros motivos porque el pacto tiene aspectos por concretar y aún queda un largo trecho antes de que llegue al Congreso.

Eso sí, las primeras tomas de posición muestran que el acuerdo no solo suscita el rechazo de PP y Vox, sino que también levanta ampollas entre las fuerzas soberanistas y de izquierdas que permitieron la formación del actual Gobierno.

En el grupo Sumar, con 27 diputados, conviven silencios, apoyos y rechazos, junto a muestras de contundencia y ambigüedad. Mientras la posición oficial del grupo y de Movimiento Sumar (11 diputados) es que no habrá posición fija hasta que este viernes voten las bases de ERC, los comunes ya se han mostrado a favor del acuerdo, que no debe verse "como una amenaza sino como una oportunidad" para el resto de autonomías, según afirmó su líder, Jéssica Albiach.

"Que Cataluña tenga una buena financiación no va en detrimento de otras comunidades infrafinanciadas", dijo, en un mensaje que sonó dirigido a la Comunidad Valenciana, tierra de Compromís, y Andalucía, donde IU conserva su mayor cuota de poder.

IU, Compromís y Chunta critican el acuerdo

Los discursos más críticos han salido de IU (cinco diputados), Compromís (dos) y Chunta Aragonesista (uno). En un comunicado, la coalición que lidera Antonio Maíllo afirmó que "existe un problema global de financiación autonómica y no solo con Cataluña", por lo que "se reafirma en la vigencia de un modelo federal y solidario que beneficie a la clase trabajadora del país en función de sus necesidades y no del territorio donde habite".

Desde Compromís, su portavoz en el Congreso, Águeda Micó, fue de las primeras voces en alzarse contra el acuerdo. "Para que la reforma tenga el apoyo de Compromís se tendrán que abordar las problemáticas concretas de los territorios infrafinanciados, concretamente Valencia", declaró Micó.

La posición de la Chunta es parecida. Su diputado, Jorge Pueyo, ha afirmado que solo votará a favor de una reforma del sistema si compensa "generosamente" a Aragón.

Mes no se opone, pero reclama mejoras para Baleares

El arco de Sumar lo completa Mes Per Mallorca, que sostiene que no se opone al pacto, al ir "en la línea de lo que querríamos para Baleares", pero añadiendo que se trata de un acuerdo "partidista". Mes peleará para que cualquier reforma tenga en cuenta "las necesidades de Baleares".

El acuerdo, un reto para la reforma de la LOFCA

El acuerdo entre el PSC y ERC supone un reto para la reforma de la Ley de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA), necesaria para convertir en realidad el pacto. Las primeras tomas de posición muestran que no será fácil alcanzar los 176 votos necesarios, ya que el acuerdo suscita el rechazo de PP y Vox, la inquietud de sectores del PSOE y las críticas de fuerzas soberanistas e IU.

Queda por ver cómo evolucionan las negociaciones en las próximas semanas y si el Gobierno logra reunir los apoyos necesarios para sacar adelante la reforma de la LOFCA.