¿Qué es la trampa de la renta media?

El término "trampa de la renta media" define el estancamiento económico que muchas naciones afrontan al tener un ingreso per cápita superior al de las naciones pobres, pero aún menor que el de las desarrolladas. El criterio más aceptado para determinar si un país pertenece a esta categoría es cuando su ingreso per cápita alcanza aproximadamente el 10% del Producto Interno Bruto (PIB) de los Estados Unidos (actualmente alrededor de 8.000 dólares al año).

América Latina en la trampa

Desde 1990, solo 34 economías de renta media han logrado pasar a la categoría de países de renta alta, según el Informe sobre el Desarrollo Mundial 2024 del Banco Mundial. Más de un tercio de estas economías se beneficiaron de su integración en la Unión Europea o del descubrimiento de reservas petroleras. En contraste, más de 100 países, entre ellos China, India y Sudáfrica, enfrentan "importantes obstáculos" en su camino hacia convertirse en economías de renta alta en las próximas décadas.

Causas de la trampa en América Latina

El informe del Banco Mundial subraya que las familias más ricas y las empresas con mayor cuota de mercado pueden obstaculizar el crecimiento en América Latina. Por ejemplo, un estudio de Oxfam reveló que la riqueza de las tres personas más ricas de América Latina y el Caribe se incrementó en un 70% entre 2020 y 2023, mientras que la mitad de la población más pobre se volvió aún más pobre.

"En América Latina, muchos países parecen bastante abiertos a primera vista. Sin embargo, cuando se examinan sus políticas, con frecuencia se observa que protegen a empresas, sectores o industrias específicas", explica Somik Lall, economista principal del Grupo del Banco Mundial y autor principal del informe.

Además, en países como México, no solo existen estas regulaciones proteccionistas, sino que también es difícil para las nuevas empresas acceder a la financiación necesaria para crecer y competir con las empresas establecidas.

Rompiendo la trampa

Según Lall, las grandes empresas tienen el mayor potencial de impulsar el cambio, al igual que las familias de élite, que pueden invertir en educación y capacitación especializada. Sin embargo, ambas deben ser "disciplinadas" y evitar utilizar su dominio del mercado para bloquear a otras empresas o impedir el progreso de personas de entornos menos favorecidos.

El informe también destaca que las tasas de crecimiento económico observadas en los países de renta media no son lo suficientemente altas como para alcanzar a las naciones de renta alta en una sola generación. Si las tendencias actuales continúan, es probable que la mayoría de los países de renta media experimenten desaceleraciones significativas entre 2024 y 2100.

Para romper la trampa de la renta media, Lall enfatiza la necesidad de políticas que evolucionen junto con el crecimiento económico. "A medida que las economías se vuelven más sofisticadas, necesitan políticas que cambien con el tiempo. De lo contrario, el crecimiento se estanca", concluye.