Irlanda destina 14.000 millones de euros en impuestos de Apple a paliar la crisis de vivienda

El Gobierno de Irlanda ha decidido destinar los 14.000 millones de euros que la compañía Apple debe pagar a Dublín por impuestos no liquidados entre 2003 y 2014 a inversiones que ayuden a paliar la crisis de vivienda, el problema más grave que arrastra la república desde hace más de una década.

El primer ministro irlandés, Simon Harris, ha asegurado que esta inyección económica se invertirá en tres áreas muy concretas: la construcción de viviendas, la infraestructura en aguas y el tendido eléctrico, ya que aportarán "un beneficio claro a la seguridad económica futura" del país.

Respuesta a la crisis de vivienda

La decisión del Gobierno irlandés de destinar el dinero de Apple a paliar la crisis de vivienda responde a la necesidad de dar una respuesta a un problema que se ha agravado en los últimos años debido al aumento de la población y la falta de inversión en infraestructuras.

Según el Gobierno, Irlanda prevé sumar un millón más de habitantes en 2050, por lo que es necesario construir un millón y medio más de viviendas para esa fecha.

Mensaje político

Además, la firmeza en defender el destino del dinero de Apple a este objetivo servirá para lanzar un mensaje político: el dinero de los impuestos ha de ser destinado a prioridades y urgencias como la vivienda.

Esta decisión también puede acelerar las elecciones generales, previstas para la primera mitad de 2025, ya que ayudará a dar claridad y fortaleza al presupuesto que debe presentarse el 1 de octubre.

El acuerdo con Apple

El dinero que recibirá Irlanda es el resultado de una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) que dio la razón a la Comisión Europea en su denuncia contra Apple y el propio Gobierno irlandés.

El TJUE falló en contra de los acuerdos fiscales concertados en 1991 y 2007, que ofrecían condiciones muy ventajosas al gigante tecnológico para que trasladara a la isla gran parte de su negocio, al considerar que constituían una ayuda estatal contraria a las normas de competencia.

El Gobierno irlandés ha decidido aceptar el dinero y abandonar la batalla legal, aunque durante años defendió el acuerdo con Apple por temor a dañar su reputación y la seguridad jurídica del país.