Atenas, cada vez más turística, en una Grecia harta del turismo
Grecia bate récords de ocupación mientras sus ciudadanos se preguntan si merece la pena mantener un modelo cuando aporta más problemas que beneficios.
En 2014, Atenas era una ciudad tranquila en verano, con las calles vacías y los únicos negocios abiertos eran las agencias de viajes. Hoy, la capital griega es un destino turístico en sí mismo, con tiendas abiertas todo el año y la Acrópolis alcanzando su límite de visitantes diario de 23.000 personas.
El turismo se descontrola
El barrio de Neos Kosmos, otrora popular entre familias trabajadoras, ahora está lleno de apartamentos turísticos y turistas que se alojan en Airbnb. Más del 70% de los pisos ofertados en Airbnb en Atenas son propiedad de empresas que poseen más de una vivienda.
Las islas griegas también están sufriendo la masificación turística. Mykonos y Santorini baten récords de sobredemanda, con un promedio de 110 pernoctaciones por cada residente. El primer ministro Kyriakos Mitsotakis anunció que, a partir de 2025, el Estado cobrará una tasa de 20 euros a cada turista que desembarque de un crucero en Santorini o Mykonos, solo durante la temporada alta.
Los precios se disparan
Los precios se han disparado en Grecia debido al turismo. Según Eurostat, el precio medio de los paquetes turísticos aumentó un 7,7% en julio de 2023 en comparación con el año anterior, superior a la media europea. El aumento recayó principalmente en el turismo nacional, con un encarecimiento del 11,1% para los griegos.
El alcalde de Atenas reconoce el problema
El alcalde de Atenas, Haris Doukas, ha reconocido que el turismo no compensa a la capital. Según él, cada visitante aporta solo 0,40 euros a las cuentas públicas de la ciudad.
El 23 de julio, 11.000 pasajeros de cruceros desembarcaron en Santorini, un récord para esta pequeña isla de 17.000 habitantes. El concejal de Santorini, Panagiotis Kavallaris, instó a los vecinos a confinarse en sus casas, como si se tratara de una emergencia.
¿Qué solución hay?
Las autoridades griegas están buscando soluciones a la crisis del turismo. Se han propuesto limitar el número de cruceros que llegan a Santorini y el número de visitantes diarios a la Acrópolis. Sin embargo, la gran pregunta es: ¿qué solución puede darse a la crisis de un modelo turístico que no da más de sí?