El Sabadell regresa a Cataluña: entre negociaciones y un aviso a Mazón
El anuncio de la mudanza del Banco Sabadell llegó por sorpresa, sin previo aviso y justo antes de un partido de Champions del Barça, un evento que paraliza Cataluña. El retorno de una gran empresa a tierras catalanas se produce tras la Navidad, pero figuraba en varias cartas a los Reyes Magos escritas después del desafío independentista de 2017.
"Normalidad y estabilidad"
Desde que el PSC asumió el Govern con Salvador Illa el verano pasado, se ha apelado reiteradamente a la recuperación de la «normalidad» en Cataluña. El independentismo, por su parte, niega que todo esté en orden, pero se argumenta que incentivar el regreso de las empresas que huyeron es fundamental para cerrar heridas.
Junts per Catalunya incluyó en el pacto que cerró con el PSOE para propiciar la investidura de Pedro Sánchez una cláusula que reclama abordar «los elementos esenciales de un plan para facilitar y promover el retorno a Cataluña de la sede social de las empresas que se cambiaron de ubicación a otros territorios en los últimos años».
Reacciones encontradas
Las primeras reacciones al anuncio del Sabadell en Cataluña fueron de cautela. El Gobierno valenciano comunicó que «respeta la decisión de la empresa» y que su prioridad es «garantizar el mantenimiento del empleo y el negocio» del banco en la Comunidad Valenciana.
Por su parte, los empresarios de Alicante ven con «preocupación» la marcha de la entidad a Cataluña, ante el temor de que afecte al número de oficinas y al empleo. Atribuyen la decisión a un intento de salvarse de la opa del BBVA y a un «pacto entre el PSOE y Junts en Suiza».
La maniobra del Sabadell se produce en un momento en que Cataluña da por perdida la posibilidad de alcanzar acuerdos para aprobar los Presupuestos para 2025. Sin embargo, el Govern de Salvador Illa insiste en que la «normalidad y la estabilidad» marcan ahora el paso, sin los sobresaltos del procés.
El anuncio de la mudanza del Sabadell llegó de sopetón, sin previo aviso, y minutos antes de un partido de Champions del Barça, un evento con capacidad paralizante en Cataluña.