Repsol enfrenta turbulencias bursátiles tras la intensificación de la presión de EE. UU. sobre Venezuela
Las acciones de Repsol están experimentando una notable caída en la preapertura del mercado, superando el 5%, tras la decisión de la administración Trump de revocar los permisos que permitían a la compañía española exportar crudo desde Venezuela. Esta medida, que se enmarca dentro de una estrategia más amplia para presionar al gobierno de Nicolás Maduro, está generando incertidumbre en torno a las operaciones de Repsol en el país sudamericano y su capacidad para recuperar deudas pendientes. La situación está evolucionando rápidamente y los inversores están reaccionando con cautela.
El impacto de la decisión de EE. UU. en las operaciones de Repsol
La revocación de los permisos de exportación por parte de Estados Unidos está teniendo un impacto significativo en Repsol. Según informes recientes, la producción promedio de Repsol en Venezuela durante 2024 fue de 67 millones de barriles diarios, y la compañía tiene una exposición patrimonial en el país que asciende a 504 millones de euros. Estados Unidos es un mercado clave para Repsol, representando aproximadamente el 4% de sus ingresos totales. La restricción impuesta por la administración Trump plantea interrogantes sobre la continuidad de las operaciones de Repsol en Venezuela y su capacidad para cumplir con sus obligaciones financieras.

Además de Repsol, otras empresas petroleras, como la estadounidense Global Oil Terminals y la francesa Maurel et Prom, también están siendo afectadas por esta decisión. Estas compañías deberán cesar sus operaciones en Venezuela antes del 27 de mayo. La medida de Washington también se extiende a las licencias emitidas a empresas de gas venezolano que tengan vínculos comerciales con la petrolera estatal PDVSA.
La relación de Repsol con Venezuela y PDVSA
Repsol ha mantenido una presencia activa en Venezuela desde 1993, colaborando con PDVSA a través de la empresa mixta Petroquiriquire, en la que posee una participación del 40%. Esta colaboración se centra en la explotación de campos petroleros como Mene Grande, Barúa Motatán y Quiriquire, con el objetivo de aumentar la producción de petróleo y gas en el país. La relación entre Repsol y PDVSA ha sido fundamental para la estrategia de la compañía española en Venezuela, pero la reciente decisión de Estados Unidos está poniendo en riesgo esta colaboración.

En 2024, Venezuela duplicó sus envíos de petróleo a España, alcanzando niveles máximos en dos décadas. Este crudo es procesado por Repsol en refinerías españolas como parte del pago de deudas pendientes, un esquema que hasta ahora había sido autorizado por las autoridades estadounidenses bajo licencias específicas. Sin embargo, la revocación de estas licencias está generando incertidumbre sobre el futuro de este acuerdo y la capacidad de Repsol para recuperar la deuda que Venezuela mantiene con la compañía.
Implicaciones financieras y riesgos geopolíticos
Repsol reconoce los riesgos geopolíticos asociados a su exposición patrimonial en Venezuela, que asciende a 467 millones de euros, incluyendo inversiones en proyectos como Cardón IV y cuentas por cobrar a PDVSA. La deuda que Venezuela tiene con Repsol, vinculada principalmente a PDVSA, se ha gestionado a través de acuerdos de pago en especie, principalmente con crudo. Al cierre de 2024, el saldo de la deuda histórica ascendía a 634 millones de dólares.
Para mitigar los riesgos asociados a la situación en Venezuela, Repsol ha incrementado sus provisiones por riesgo de impago, alcanzando 601 millones de euros en 2024. La compañía no está recibiendo pagos en efectivo por esta deuda, sino que está obteniendo petróleo venezolano como compensación, un esquema que ha sido autorizado por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de Estados Unidos. Sin embargo, la revocación de las licencias para exportar crudo venezolano está poniendo en peligro la capacidad de Repsol para recuperar esta deuda.
El futuro incierto de las operaciones de Repsol en Venezuela
La decisión de la administración Trump está generando un clima de incertidumbre en torno a las operaciones de Repsol en Venezuela. Los expertos están evaluando el impacto de esta medida en la capacidad de la compañía para recuperar la deuda pendiente y mantener su presencia en el país. Si las restricciones se mantienen, las operaciones de Repsol y el mecanismo de pago podrían verse gravemente afectados. La compañía está ahora en una encrucijada, buscando alternativas para mitigar los riesgos y asegurar la viabilidad de sus operaciones en Venezuela.
CINCO DÍAS (2025) informa que «Repsol reconoce riesgos geopolíticos asociados a su exposición patrimonial en Venezuela, que asciende a 467 millones de euros». La situación sigue en desarrollo, y se espera que en los próximos días se produzcan nuevos acontecimientos que aclaren el futuro de las operaciones de Repsol en Venezuela.
En resumen, la revocación de los permisos de exportación por parte de Estados Unidos está generando turbulencias en Repsol, poniendo en riesgo su capacidad para operar en Venezuela y recuperar deudas pendientes. La situación exige una respuesta estratégica por parte de la compañía y una evaluación cuidadosa de los riesgos geopolíticos y financieros involucrados.