La percepción económica de los consumidores estadounidenses ha visto una disminución continua por cuarto mes consecutivo, reflejando una persistente inquietud acerca de la situación económica. Según la última medición preliminar del índice de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan, el índice cayó un 5% en noviembre, lo que ha encendido alarmas sobre las expectativas de inflación de cara al futuro.

Los efectos anticipados de las altas tasas de interés y las continuas tensiones geopolíticas han contribuido a esta percepción negativa. Además, se ha observado que las expectativas de inflación a corto y largo plazo empeoraron en noviembre, con proyecciones de inflación para el próximo año aumentando a 4.4%, lo que representa la lectura más alta desde noviembre de 2022.

La Reserva Federal de los Estados Unidos mantiene su objetivo de inflación en el 2%, pero el aumento en las expectativas de inflación a largo plazo a un 3.2% revela que los consumidores no están convencidos de la capacidad del Fed para cumplir con su mandato de inflación. Esto plantea desafíos significativos para la política monetaria y las medidas que debe tomar la Fed para controlar la inflación.

El sentimiento entre los inversionistas también fluctuó tras los comentarios del presidente de la Fed, Jerome Powell, lo que llevó a una caída en las acciones y un aumento en el rendimiento del Tesoro. Las decisiones de política monetaria futuras dependerán en gran medida de la evolución de la inflación y del impacto de las tasas de interés vigentes sobre la economía.

En conclusión, la confianza del consumidor sigue siendo un importante indicador de la economía, y los datos más recientes subrayan las preocupaciones de los hogares estadounidenses sobre la inflación y sus expectativas futuras, lo cual es vital tanto para los formuladores de políticas como para los inversores al tomar decisiones económicas.