Combustible sucio: así se vende a países africanos la gasolina de peor calidad prohibida en Europa

Una investigación señala que los componentes para elaborar combustible de alto contenido en azufre pasan por puertos europeos, también españoles, hacia Nigeria

La ciudad más contaminada de África

Lagos, la ciudad más poblada de África, se está asfixiando en combustibles de alto contenido sulfúrico. Estos combustibles están prohibidos en Europa, pero se siguen vendiendo a países africanos, donde tienen graves consecuencias para la salud y el medio ambiente.

Una investigación conjunta entre el medio especializado británico SourceMaterial, la consultora de análisis de datos Data Desk y varios medios regionales europeos ha revelado que varios puertos en Europa, también en España, son puntos de paso, almacenamiento y mezcla de componentes que, juntos, rebajan la calidad del carburante y producen este combustible de alto contenido sulfúrico.

El negocio del combustible sucio

Las refinerías dividen el crudo en una serie de productos. Los más limpios se venden localmente, y la escoria se exporta. Muestras tomadas en Lagos contienen niveles de azufre de hasta 800 partes por millón, ocho veces más del límite legal en Europa y en Norteamérica.

Exportar combustible de alto contenido sulfúrico no es ilegal, pero es “una práctica deshonesta”, dice Martin Blunt, investigador de mercados de petróleo en el Imperial College de Londres. “Las refinerías tendrían que pagar para quitar el azufre, así que una manera más barata es coger un combustible con nivel medio de azufre, y de ello crear uno con nivel bajo y otro alto, y venderlos en mercados diferentes”, dice.

El papel de España

Los datos de Data Desk provienen de dos herramientas de seguimiento de tráfico marítimo de productos petrolíferos, y ambas muestran que por puertos españoles también pasan los ingredientes (sirviendo de conexión entre Reino Unido, donde se refina el crudo, y Nigeria) para generar este combustible más tóxico, conocido en la industria como “fuel de calidad africana” o “zumo de selva”.

Sobre todo, por los puertos de Barcelona y Huelva. Este tránsito no implica por sí solo que se produzca el “zumo de la selva”, pero la investigación señala que es un indicador fuerte, como lo es también la importación en estos puertos, desde Libia, de un componente esencial para ello: la gasolina de pirólisis o pygas.

Consecuencias para la salud y el medio ambiente

El combustible de alto contenido sulfúrico tiene graves consecuencias para la salud y el medio ambiente. La contaminación del aire causada por este combustible puede provocar problemas respiratorios, enfermedades cardiovasculares y cáncer.

Además, el azufre es un gas tóxico que puede dañar el medio ambiente. Puede contribuir a la lluvia ácida, que daña los bosques, los lagos y los ríos.

Medidas para detener el comercio de combustible sucio

Varias organizaciones están trabajando para detener el comercio de combustible sucio. En 2016, el grupo suizo Public Eye publicó un informe que reveló la magnitud del problema. Desde entonces, varios países africanos han adoptado medidas para reducir las importaciones de combustible de alto contenido sulfúrico.

Sin embargo, se necesita hacer más. La Unión Europea y el Reino Unido deben adoptar medidas enérgicas contra las empresas que exportan combustible de alto contenido sulfúrico. Además, los países africanos deben seguir trabajando para reducir sus importaciones de este combustible tóxico.

Citas

“Las refinerías tendrían que pagar para quitar el azufre, así que una manera más barata es coger un combustible con nivel medio de azufre, y de ello crear uno con nivel bajo y otro alto, y venderlos en mercados diferentes”.

Martin Blunt, investigador de mercados de petróleo en el Imperial College de Londres

“Mezclas según las especificidades de cada país. Si alguien pide agua, no le vas a dar champán”.

Un cliente de Vitol, que habla bajo condición de anonimato