Coxabengoa pone la mirada en la Bolsa
Resultados superiores a lo estimado y planes de futuro
A inicios de 2022, Coxabengoa se adjudicó los activos de Abengoa en el marco del concurso de acreedores del grupo. En ese momento, la compañía presidida por Enrique Riquelme diseñó un ambicioso plan estratégico que tenía como objetivo garantizar los 9000 empleos de la empresa adquirida. Este plan contemplaba alcanzar conjuntamente los 1200 millones de euros de facturación en 2023 y los 175 millones de euros de beneficio bruto de explotación (ebitda) durante el presente ejercicio. En un plazo de cinco años, la idea era superar los 3000 millones de euros en ventas, centrándose en los sectores de agua y energía.
Sin embargo, la compañía ha superado las cifras previstas en su plan estratégico al cierre del año pasado. En los últimos 12 meses, ha logrado 800 millones de euros en ingresos y 150 millones de euros de ebitda, lo que le permite prever que también superará las previsiones para este 2023. Además, ha renovado líneas de avales y contratos por valor de 1200 millones de euros, entre los que destacan plantas de desalación en Abu Dabi y Jubail, un parque solar en Dubái y más de 3500 millones de euros en líneas eléctricas en Chile.
En este contexto, Coxabengoa está acelerando sus planes para debutar en Bolsa. Actualmente, analiza la posibilidad de realizar su estreno bursátil a finales de año mediante una ampliación de capital que supondría poner en circulación entre el 25% y el 30% de sus acciones. Según las cifras del último año, el valor de la empresa podría superar los 1700 millones de euros, teniendo en cuenta la cotización del sector en el índice Stoxx 600. De acuerdo con estas cifras, la empresa podría captar alrededor de 500 millones de euros.
La compañía ya ha remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) las primeras versiones del folleto informativo, pero aún no ha tomado una decisión definitiva sobre el lanzamiento de la operación. También contempla otras alternativas de financiación, como una emisión de bonos o un préstamo sindicado, y retrasar su estreno bursátil 18 meses.
Actualmente, Coxabengoa no tiene deuda sin recurso y cuenta con 211 millones de euros de deuda de proyectos, lo que le proporciona margen para endeudarse. Por el momento, la empresa está avanzando en los preparativos para su debut bursátil. Ya ha nombrado a Lazard como asesor financiero de la transacción, y Santander y Bank of America serán los colocadores globales.
Enrique Riquelme, presidente de Coxabengoa, liderará este salto junto a Nacho Moreno, consejero delegado de la compañía. La empresa también plantea un cambio de marca para recuperar el nombre de Cox. La marca Abengoa se limitará a la filial de agua, mientras que la rama de energía abarca Cox Energy, que actualmente cotiza en BME Growth y en la Bolsa Mexicana de Valores, y el área de infraestructuras, especializada en redes de transmisión.
Una vez que el grupo cotice en el Mercado Continuo, Coxabengoa se plantea la posibilidad de que su filial abandone los mercados español y mexicano debido a la escasa liquidez del valor. Esta filial cotiza actualmente a 1,73 euros por título, con una capitalización de unos 300 millones de euros.
En paralelo, la empresa trabaja en la adaptación de su modelo de gobernanza a los estándares de una cotizada. El consejo de administración está compuesto por 12 miembros, uno de ellos ejecutivo (Enrique Riquelme) y otro dominical (Alberto Zardoya). La ampliación de capital diluirá el peso de los actuales accionistas. Riquelme, que actualmente posee el 80% del capital, mantendrá la mayoría de sus acciones, mientras que el fondo HNA y Zardoya reducirán su participación actual del 4,5% y el 15%, respectivamente.
Entre sus planes de futuro, Coxabengoa destaca el salto a Estados Unidos, donde Abengoa ya estuvo presente, y espera crecer en las áreas de energía y agua. También trabaja en la construcción de una nueva sede en Sevilla para reforzar el compromiso del grupo con esta región.