Créditos rápidos: una trampa que lleva al sobreendeudamiento

Los créditos rápidos se han convertido en una trampa para miles de españoles que buscan una solución rápida a sus problemas económicos. Estas deudas encadenadas arrastran a las personas a un espiral destructivo del que resulta difícil salir.

Testimonios de afectados

Lucía es una de las muchas personas que han caído en la trampa de los créditos rápidos. Llegó a España con la intención de enviar dinero a sus hijos en Nicaragua, pero perdió su empleo a causa de la pandemia y recurrió a estos préstamos para sobrevivir. Pronto, las deudas se acumularon y empezaron las llamadas amenazantes.

Pedro es otro afectado por los créditos rápidos. A pesar de tener un buen trabajo y un buen sueldo, también se vio sobrepasado por las deudas. Después de casarse y comprar una casa, contrató un crédito tras otro que se convirtió en una telaraña. Cuando no pudo hacer frente a los pagos, las amenazas también llamaron a su puerta.

El perfil del sobreendeudado

El perfil de las personas que acumulan un exceso de deudas coincide con el ciudadano medio. Pedir un crédito para comprar un nuevo iPhone, solicitar otro préstamo para adquirir un coche, pagar a plazos las vacaciones y usar la tarjeta de crédito para financiar los gastos habituales son prácticas habituales que pueden convertirse en una tortura a largo plazo.

Según un informe de Bravo, una fintech especializada en reunificación de deudas, el 74% de los españoles ha solicitado en algún momento un crédito, siendo las tarjetas el producto más habitual. El perfil habitual del endeudado en España es una persona de entre 40 y 50 años, con formación media y un sueldo de unos 1.500 euros mensuales.

El camino hacia el sobreendeudamiento

El camino hacia el sobreendeudamiento suele seguir un esquema similar en la mayoría de los casos.

Medidas para prevenir el sobreendeudamiento

Para prevenir el sobreendeudamiento, el Gobierno está preparando una norma para transponer la directiva de crédito al consumo, una ley europea que tiene como objetivo proteger a los consumidores y obligar a las entidades a ofrecer más transparencia a la hora de concretar el crédito.

Entre otras cuestiones, esta normativa obligará a que todas las empresas que conceden crédito en España tengan un registro y estén sometidas a la supervisión del Banco de España. También se obligará a los bancos y establecimientos de crédito a conceder préstamos responsables, realizando un análisis sobre la solvencia del cliente para asegurarse de que puede devolver el préstamo durante toda la vida del crédito.