Una banda criminal familiar en Cataluña ha sido desarticulada por la Policía Nacional, la Guardia Civil, los Mossos d’Esquadra y la Ertzaintza. La organización, que operaba desde la comarca de Osona, ha estafado más de un millón de euros a más de 1.200 clientes de bancos en tan solo seis meses.

Modus operandi

La trama utilizaba técnicas de phishing, smishing y vishing para engañar a sus víctimas. Enviaban mensajes de texto o correos electrónicos haciéndose pasar por entidades bancarias para informar de un acceso fraudulento a sus cuentas y solicitaban a los usuarios que hicieran clic en un enlace para acceder a una página web falsa. Una vez en la página falsa, los delincuentes solicitaban a las víctimas sus datos personales, bancarios y las claves de acceso a su banca online.

Detenciones y registros

La operación policial se ha saldado con la detención de 23 personas, entre ellas los seis supuestos cabecillas, que han ingresado en prisión. Los agentes han registrado nueve domicilios y han intervenido numerosos dispositivos electrónicos, armas y una plantación de marihuana.

Perfil de los detenidos

La mayoría de los detenidos eran miembros de una misma familia, aunque también colaboraban con ellos amigos. Durante años se habían dedicado a cometer delitos convencionales, como hurtos, robos con fuerza en establecimientos y tráfico de drogas, por los que habían llegado a sumar entre todos 139 antecedentes policiales.

Investigación

La investigación comenzó a mediados de octubre de 2023, cuando las fuerzas de seguridad detectaron un elevado número de denuncias por ciberestafas con unas características comunes. Las pesquisas revelaron que la trama podía estar operando desde la comarca barcelonesa de Osona, ya que la mayoría de las extracciones de dinero que hacían para quedarse con el dinero de las víctimas se producía en cajeros automáticos de esta zona. Sin embargo, los investigadores descubrieron que, poco a poco, los presuntos ciberestafadores iban perfeccionando sus ciberestafas. Para evitar ser localizados, ampliaron la zona de actuación y empezaron a sacar los fondos en entidades financieras de otros puntos de la provincia de Barcelona, llegando a viajar a Girona e, incluso, el País Vasco, en un intento de dificultar su posible localización.

Conclusión

La desarticulación de esta banda criminal es un duro golpe a la ciberdelincuencia. La Policía Nacional, la Guardia Civil, los Mossos d’Esquadra y la Ertzaintza han demostrado una vez más su capacidad para combatir este tipo de delitos y proteger a los ciudadanos.