El gobierno del Reino Unido apuesta por relajar normas para impulsar el crecimiento económico

Ante las cifras de crecimiento económico estancadas en el Reino Unido, el Partido Laborista bajo el liderazgo de Keir Starmer ha optado por una estrategia de desregulación urbanística y medioambiental para estimular la inversión y el progreso.

La ministra de Economía, Rachel Reeves, anunció un conjunto de medidas para acelerar los proyectos industriales y urbanísticos, impulsando el tan ansiado crecimiento. La medida estrella de este paquete es el respaldo del gobierno a la construcción de una tercera pista en el aeropuerto londinense de Heathrow, una propuesta que ha enfrentado la oposición de organizaciones ambientalistas durante dos décadas.

“Ya no podemos retrasar más esta decisión. La última gran pista aeroportuaria del Reino Unido se construyó en la década de 1940. Llevamos 80 años sin ningún tipo de progreso”, declaró Reeves.

El gobierno confía en que esta nueva infraestructura no afectará los objetivos de reducción de emisiones establecidos. Sin embargo, el alcalde de Londres, Sadiq Khan, expresó su preocupación por el impacto ambiental de los cientos de miles de vuelos adicionales anuales que generaría la nueva pista.

En un esfuerzo por reconquistar el apoyo empresarial, Starmer y Reeves han defendido las promesas de reforma de las leyes laborales, destinadas a brindar mayor estabilidad a los trabajadores británicos. Estas medidas han sido criticadas por los sindicatos, aliados históricos del Partido Laborista.

Reeves se ha comprometido a iniciar la tramitación de una Ley de Planificación e Infraestructura en la próxima primavera, que “reformará fundamentalmente la normativa medioambiental” para facilitar nuevos desarrollos urbanísticos.

Otras promesas del gobierno incluyen la construcción de un “Silicon Valley de Europa” en el corredor que une Oxford y Cambridge, con planes de desarrollo urbano y nuevas conexiones ferroviarias.

A pesar de estas medidas, el presidente de la patronal industrial Make UK, Stephen Phipson, expresó su escepticismo ante la aparente contradicción entre las promesas de reforma y las medidas que reducirán la inversión y congelarán la contratación.