El Banco Central Europeo (BCE) pisa el freno tras un mes del nuevo ciclo de recortes de los tipos de interés

El Banco Central Europeo (BCE), liderado por Christine Lagarde, ha decidido este jueves mantener sin cambios el precio del dinero en máximos del 4,25%, argumentando que las presiones inflacionistas siguen siendo intensas.

Preocupación por la inflación

El Consejo de Gobierno del BCE reitera que no puede comprometerse por adelantado con ninguna senda concreta de recorte de tipos. Tomará las decisiones reunión a reunión, en función de la evolución de los precios y los salarios, con el objetivo de garantizar que la inflación baje al objetivo del 2%.

Los analistas solo esperan dos recortes adicionales este año, probablemente en septiembre y diciembre.

"Las presiones inflacionistas internas siguen siendo intensas, la inflación de los servicios es elevada y es probable que la inflación general continúe por encima del objetivo hasta bien avanzado el próximo año", reza el comunicado emitido al término de la reunión del Consejo de Gobierno.

Datos económicos mixtos

Tras el frenazo del BCE de este jueves, el tipo de interés general se mantiene en el 4,25%. La facilidad marginal de crédito (lo que pagan los bancos por la financiación a un día) sigue en el 4,5%, mientras que la facilidad de depósito (la remuneración a las entidades por aparcar su dinero en Fráncfort) se mantiene sin cambios en el 3,75%.

En junio, el índice de precios de consumo armonizado de la eurozona bajó una décima, hasta situarse en el 2,5%. Sin embargo, la inflación subyacente, que excluye energía, alimentos, alcohol y tabaco, los elementos más volátiles, se mantuvo persistente en el 2,9%. Este es un indicador estructural clave para el BCE a la hora de decidir sobre los tipos de interés.

Al mismo tiempo, el mercado laboral sigue exhibiendo un nivel de resiliencia sin precedentes en un entorno hostil marcado por la elevada incertidumbre geopolítica, la vuelta a un crecimiento anémico tras la recesión técnica de la segunda mitad del año pasado y los elevados tipos de interés.

Tanto en la eurozona como en el conjunto de la UE, el paro se mantuvo estable en mayo en mínimos históricos del 6,4% y del 6%, respectivamente.

En cuanto a la actividad económica, tras haber tocado fondo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé un modesto repunte del 0,9% para la eurozona en 2024 (una décima más de lo que había calculado en abril), gracias a un mayor impulso de los servicios y las exportaciones. El crecimiento se acelerará hasta el 1,5% en 2025 gracias en parte a la bajada de tipos, aunque la recuperación será mucho más lenta en Alemania, el principal motor de la eurozona.

El BCE ejecutó el pasado 6 de junio el primer recorte de tipos en ocho años, del 4,5% al 4,25%. Este cambio de orientación se produjo tras una abrupta subida del precio del dinero entre julio de 2022 y septiembre de 2023 (con diez alzas consecutivas en apenas 15 meses, pasando del 0% al 4,5%) para combatir la crisis inflacionista provocada por la guerra de Ucrania y la energía. El ciclo alcista fue seguido de ocho meses de pausa (entre octubre de 2023 y junio de 2024), periodo en el que los tipos se mantuvieron en máximos históricos.

Ahora Lagarde ha optado por una nueva pausa antes del segundo recorte de tipos, por miedo a que la inflación vuelva a repuntar.