El BCE recorta los tipos de interés en 25 puntos básicos y deja la puerta abierta a nuevas bajadas

El Banco Central Europeo (BCE) ha recortado este jueves los tipos de interés en 25 puntos básicos, hasta dejarlos en el 3%, un movimiento esperado que cumple con un doble objetivo: por un lado, supone un paso más hacia una tasa neutral, que no entorpezca el crecimiento económico, ante la clara mejoría de la inflación y la creciente inquietud por las turbulencias en Francia y Alemania; y por otro, lanza un mensaje de prudencia, al apostar por el gradualismo en lugar de por cambios bruscos, sin dar por ganada todavía la batalla por la estabilidad de los precios.

Cambio de lenguaje: del comunicado desaparece el compromiso de mantener los tipos en zona restrictiva

El cambio más relevante es de lenguaje: del comunicado, donde cada palabra se mide con precisión milimétrica, desaparece el compromiso de que mantendrán los tipos en zona restrictiva “el tiempo que sea necesario”, lo que abre la puerta a la continuidad de las bajadas de tipos.

Rebaja de las proyecciones de crecimiento económico

Igual que sucediera en octubre, los economistas del Eurobanco han rebajado sus proyecciones de crecimiento económico. Ahora esperan que el PIB de la zona euro repunte un 0,7% en 2024 (frente al 0,8% anterior), un 1,1% en 2025 (antes era el 1,3%) y un 1,4% en 2026, una décima menos.

Mejora del escenario de precios

También cambia el escenario de precios, que mejora levemente: ahora estiman una inflación media para este año del 2,4% (antes 2,5%), y del 2,1% para el que viene (del 2,2% en la proyección anterior), mientras que para 2026 la mantienen intacta, y caería por debajo del objetivo, al situarse en el 1,9%, la misma cifra que en 2027.

La zona euro, con más urgencias que EE UU

La situación de ambos bloques, sin embargo, está lejos de ser la misma. La zona euro es la que más urgencias tiene, al menos en el flanco del crecimiento, por el enfriamiento de su economía: el FMI le augura un crecimiento del 0,8% este año y del 1,2% en 2025, frente al 2,8% de EE UU en 2024 (más del triple), y el 2,2% del año próximo (casi el doble).

Las fuerzas que tiran en sentido contrario a los recortes

En el lado de la inflación, en cambio, todavía hay fuerzas que tiran en sentido contrario a los recortes: los precios se incrementaron tres décimas en noviembre, hasta el 2,3%, si bien la comparación con los últimos meses del año pasado, en los que los precios apenas subieron, ha provocado un efecto estadístico negativo que tenderá a disiparse. Entre las preocupaciones latentes, la salarial ocupa un lugar preferente: los sueldos crecieron en la zona euro un 5,42% entre julio y septiembre, su mayor alza desde 1992, lo que a priori dificulta la moderación de los precios, al poner más dinero en circulación disponible para consumir, y al tratar las empresas de compensar esas alzas en los costes laborales encareciendo sus mercancías y servicios.

La incertidumbre sobre el impacto de los aranceles de Trump

A esos factores se suma la incertidumbre sobre el impacto de los aranceles que impondrá Donald Trump. Esta ha sido la primera reunión del BCE tras su victoria electoral, y la última sin él sentado en el Despacho Oval, al que llegará oficialmente el 20 de enero. Aunque su triunfo ya ha tenido efectos sobre los tipos de cambio, debilitando al euro frente al dólar, será en 2025 cuando se conocerá la verdadera dimensión de sus políticas.

Todas las hipótesis sirven por ahora para alimentar especulaciones y teorías

Todas esas hipótesis sirven por ahora para alimentar especulaciones y teorías. El misterio se resolverá en las ocho reuniones del BCE previstas para 2025, la próxima el 30 de enero, donde el mercado espera otro retroceso de los tipos de un cuarto de punto, igual que en los siguientes encuentros hasta junio, a los que se sumaría uno más en el segundo semestre para dejar los tipos en el 1,75%.

Impacto de la rebaja de tipos

La nueva rebaja de tipos aprobada este jueves deja entre los beneficiados a los hipotecados a tipo variable, que sobre el papel pagarán menos de cuota gracias a un euríbor más bajo —ya se ahorran más de 1.500 euros anuales de media—, así como a quienes buscan endeudarse para comprar una vivienda. Y menguará los resultados de los bancos, que han vivido una era de beneficios récord gracias a la fuerte subida del precio del dinero.